Un fantasma que acecha con cautela. Una amenaza que ya se siente en otras latitudes del mundo y que ha empezado a agudizarse durante la última semana en el territorio colombiano, especialmente en Barranquilla y el Atlántico.
El sostenido crecimiento de contagios ha prendido una alerta entre las autoridades sanitarias, los gremios médicos y la comunidad en general. Tan solo en Barranquilla, durante los últimos siete días, se han reportado 3.303 nuevos casos. Una cifra que rememora los momentos más críticos de la primera ola.
La cercanía de la Semana Santa y un 'evidente' relajamiento en las medidas de autocuidado han incrementado esta alarma, al punto de que algunos sectores han solicitado a las autoridades que se adopten medidas restrictivas y así desacelerar el crecimiento de la curva de contagio.
'Tenemos una tendencia al aumento y el panorama no es el mejor. Día a día, el número de casos ha venido aumentado. La razón principal es el desorden de las personas, muchos han bajado la guardia o piensan que son inmunes porque tuvieron el virus', aseguró el médico epidemiólogo Juan Pablo Moreno.