Dedicar su vida al campo desde joven no ha sido una tarea fácil para Luis Eduardo Ávila; sin embargo, ha sido la labor que aprendió y quiso seguir realizando pese a las múltiples dificultades que tiene para poder llevar sus productos a diferentes mercados y tener su sustento diario.
Luis, un hombre de 55 años de edad que habita en el corregimiento de Santa Cruz, en el municipio de Luruaco aprendió desde muy niño sobre el cultivo de la yuca gracias a su padre, quien sembraba para luego comercializar en el resto del departamento el producto.
Cultivar no ha sido un problema para él. El no contar con compradores fijos ha sido la piedra en el camino que le ha generado inconvenientes, pues a veces no logra vender toda su cosecha y, por supuesto, no consigue ingresos para su familia pese al esfuerzo que a diario hace para buscar nuevos mercados.
Sin embargo, este problema no lo ha detenido y siguiendo los pasos de su padre, Luis todos los días madruga para organizar los bultos de yuca que llevará en su travesía por diferentes municipios del Atlántico para encontrar clientes que le compren.
'Todos los días viajo en un camión para ir vendiendo los bultos de yuca en distintos lugares. También llevo los de otros campesinos que no tienen el medio para sacar el cultivo, les compro los bultos a ellos y yo me traslado a la ciudad y los municipios a venderlos', manifestó.
Esa ha sido la solución que encontraron pequeños campesinos y comerciantes del Atlántico para vender los cultivos y tener una ganancia.
Desde Santa Cruz, todos los días salen cuatro camiones llenos de productos que pasan por Molinero, Sabanalarga, Baranoa, Galapa y finalmente llegan Barranquilla comercializando la carga que llevan.