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Allá en el rancho grande, allá donde vivía (¿Qué había compadre?)
Había una rancherita que alegre me decía, que alegre me decía.

Una y otra vez, sin importar el momento del día, María Sebastiana Tejeda tararea las notas de esa ranchera. Sus hijos dicen que es su canción favorita, por eso no es extraño que cualquier miembro de la familia la entone junto con ella.

Para la familia León Tejada, la vida de María Sebastiana es sinónimo de esperanza y fortaleza. Su estado de salud no es el mejor a causa de una isquemia que la ha hecho perder la vista y le imposibilita caminar. Incluso, esta enfermedad ha sido la culpable de que en algunas ocasiones se pierda en el tiempo.

Pero esto no fue impedimento para salir bien librada de la dura batalla que enfrentó recientemente. A sus 101 años, la mujer superó la covid-19 desde la intimidad de la casa, la misma que se convirtió en una especie de hospital para incrementar los cuidados y evitar cualquier desenlace fatal.

Fiebre, dolor en el cuerpo y una fuerte gripe fueron los síntomas que María Sebastiana tuvo desde el 15 de mayo y que prendieron las alarmas entre sus familiares. La preocupación fue máxima al confirmarse que dos integrantes de la familia León Tejada resultaran positivos para la covid-19.

'Mi mamá se quejaba por las dolencias y le mandamos a hacer la prueba el 18 de mayo y le salió positiva', dijo Libia, uno de los cinco hijos que tuvo la mujer, quien también tiene 16 nietos y 22 bisnietos.

Al momento de contagiarse con covid, María aún no había sido vacunada a pesar de estar en marcha el plan para la inmunización de los adultos mayores.

'Tuvimos miedo cuando tosía porque el pecho le sonaba demasiado fuerte y ahí nos atacaban los nervios, pero a medida que se le iban dando los antibióticos fue pasando ese miedo con su mejoría', agregó la segunda de los hermanos.

La familia sostuvo que el actuar a tiempo fue clave para evitar complicaciones y recibir las recomendaciones pertinentes por parte del personal médico.

A esto se sumó la fortaleza de María Sebastiana, a quien definieron como una mujer 'berraca y echada para adelante', que durante gran parte de su vida se dedicó al oficio de comerciante para sacar a flote a su familia.

Sus seres queridos dicen que lo mejor de todo es el hecho de que, hasta el momento, la paciente no ha presentado sintomatología relacionada con secuelas asociadas al virus.