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Llegar al colegio para abrazar, saludar e interactuar con los compañeros, incluso jugar y compartir antes de iniciar las clases, pasó a un segundo plano. Ahora todo es más estricto. Hay más reglas y normas por cumplir para evitar la propagación del virus dentro de las instituciones educativas, y las del Distrito de Barranquilla no son la excepción.

Ahora el kit escolar más importante no es el que contiene cuadernos, libros, lápices, colores, reglas y cartulinas, sino el de bioseguridad que incluye –en algunos casos– alcohol, antibacterial y tapabocas de repuesto para hacer el cambio durante la jornada escolar. En otros casos piden adicionalmente papel higiénico para uso exclusivo de cada niño, bolsas resellables para proteger el tapaboca cuando el menor esté merendando, pañitos húmedos para limpiar la silla y llevar la merienda preparada en casa.

Con el paso de los días los estudiantes han ido aceptando y cumpliendo con el deber y la responsabilidad de protegerse y proteger a los demás.

En las diferentes instituciones educativas distritales se ha establecido una rutina que estudiantes, docentes y personal administrativo debe cumplir a cabalidad.