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Barranquilla comenzó hace 14 años un proceso de transformación urbanística con un elemento clave: la sostenibilidad ambiental. Este reto llevó a que el ente territorial buscara alternativas que permitieran tener una ciudad más verde y más arborizada.

En ese proceso se comenzó la siembra de árboles de gran tamaño, con alturas de 3 a 5 metros, para acabar con la práctica de plantar árboles pequeños (de un metro máximo) que terminaban muriendo o destruidos por animales callejeros. En ese momento, el 60 % del espacio público correspondía a zonas duras, donde sus habitantes no tenían ningún tipo de contacto con la naturaleza.

Posteriormente se constituyó Siembra Barranquilla, una empresa de economía mixta que tiene dos tareas: sembrar y mantener lo sembrado. Esta empresa, mayoritariamente del Distrito, tiene una junta directiva que es integrada por los secretarios del despacho, quienes tienen el manejo presupuestal de la misma.

La empresa diseñó Siembra al Barrio, el programa con el que el Distrito de Barranquilla le ha apostado a cambiar el imaginario en torno a una ciudad completamente gris, con pocas zonas verdes. A partir de charlas y capacitaciones en barrios, comenzó un proceso de acercamiento a las comunidades y posteriormente la siembra de los árboles.

Jesús Navarro, residente en la Ciudadela 20 de Julio, y Johnny Toloza, en Boston, viven a más de cuatro kilómetros de distancia, pero ambos coinciden en que sus sectores han mejorado en arborización, tienen un ambiente más agradable y son zonas más frescas.

'La transformación de este sector ha sido elegante, porque le ha cambiado la cara a toda esta zona. Antes cada uno sembraba árboles a su manera, pero ahora están sembrados ordenadamente', dice Navarro.

Por su parte, Johnny afirma que el cambio ha sido notorio no solo en su barrio, sino en la ciudad en general.