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Hace dos años se dio cuenta de que Salomé no era su hija biológica. Hoy, a punto de cumplirse un año del día en el que EL HERALDO reveló en primicia la historia de las dos bebés que en marzo de 2016 fueron intercambiadas en el E. S. E. Hospital Niño Jesús de Barranquilla, su padre, José Gregorio Hernández, relató entre lágrimas, frustración y desilusión cómo ha transcurrido el proceso.

Aunque fuese de no creer, el hombre a quien le cambió la vida luego de que siguiera sus instintos, comenzó diciendo que se encuentra desconcertado por lo que ha vivido en el transcurso de este, para él, duro drama.

Al principio, cuando José vio a sus dos hijas juntas solo sintió alegría. 'En ese momento todo era felicidad. Ver a las dos unidas lo fue todo, pero como dicen, esa felicidad duró poco', dijo. Y es que durante tan solo 15 días tuvo lo que él definió como el 'mundo ideal', pues después su hija biológica volvió a Chimichagua, Cesar, donde reside.

'La mamá no ha dejado que esos momentos vuelvan a pasar. Estábamos en buenos términos y con el tiempo la relación se ha ido distanciando. Yo la llamo y ya no me la pasan. Hubo unos detalles que me dijeron cuando yo tuve a la niña acá', agregó Hernández.

Este se refería a un supuesto maltrato al que su otra hija, presuntamente, habría sufrido durante parte de su corta niñez.