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A pesar de haberse posesionado el pasado 7 de septiembre como nuevo curador urbano, Guillermo Ávila Barragán no ha tenido oportunidad de realizar el proceso de empalme debido a que el anterior curador (Jaime Fontanilla Martínez) no reconoce su nombramiento.

En diálogo con EL HERALDO, Ávila Barragán expuso que su predecesor presentó un escrito a la Alcaldía, a través del cual desconocía su nombramiento y el decreto que así lo oficializó.

'Fontanilla se basa en una carta que le manda el excurador Armando Guijarro Daza, en la cual él dice que él interpuso una demanda penal en mi contra y que en las bases del concurso dice que si hay un litigio pendiente no me pueden designar', dijo el funcionario.

Puso de presente que la Supernotariado emitió una instrucción administrativa en el mes de junio con el fin de definir el procedimiento del empalme, teniendo en cuenta que este proceso llevó al cambio de –al menos–60 curadores en el país.

'Esta instrucción dice que una vez designado y posesionado, el curador saliente debe iniciar el empalme inmediatamente teniendo hasta 30 días para finalizarlo', agregó.