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A raíz del hecho registrado el anterior fin de semana en el que la coreógrafa y diseñadora barranquillera Rosanna Lignarolo denunció estar siendo afectada por el exceso de ruido de un establecimiento comercial cerca de su residencia, ubicada en el barrio Prado, de Barranquilla, EL HERALDO se trasladó hasta los alrededores de la carrera 8 y la carrera 21, sur de la capital del Atlántico, desde donde sus moradores reportaron también ser víctimas de violencia acústica en estas zonas que para ellos son de las 'más ruidosas de la ciudad'.

¿Podría imaginarse vivir en medio del bullicio, de perder el sueño por las incesante vibraciones, de no poder ver televisión, o de tener que gritar para sostener una conversación con sus familiares?

Eso es lo que vive William Rebolledo, un residente del barrio La Alboraya, que aseguró ser víctima del estropicio desentendido de por lo menos 10 establecimientos que lo rodean, pues él vive en la carrera 8 con calle 44 hace 35 años.