Mientras Gilmar Bolívar suma pasos en el camino hacia su sueño de ser un gran futbolista, su familia en el barrio Rebolo de Barranquilla vive en zozobra por la tensión que se vive en Ucrania, donde se radicó el joven de 20 años desde hace siete meses tras firmar contrato con el Karpaty Halych, equipo de la segunda división.
EL HERALDO llegó hasta la vivienda en la que creció Gilmar y habló con su abuela y padres para conocer la historia de este deportista barranquillero y cómo perciben la escalada militar rusa en Ucrania, por la cual se prevé una posible invasión en las próximas semanas.