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Todo un drama ha vivido el joven barranquillero Gilmar Bolívar, quien se dedica a jugar fútbol para un equipo en Ucrania, tras la tensión de ese país con Rusia. Cuando inició la escalada de conflicto, el futbolista tuvo que abandonar sus entrenamientos e irse con su equipo a un lugar seguro, pues aunque no estaba propiamente en la frontera con Rusia, las directivas del plantel decidieron alejarse de la zona de tensión.