La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, sostiene que la seguridad alimentaria se genera cuando todas las personas tienen acceso físico, social y económico permanente a alimentos seguros, nutritivos y en cantidad suficiente para llevar una vida saludable y activa.
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En la pasada Asamblea General de las Naciones Unidas se dio a conocer un desafiante panorama sobre la seguridad alimentaria en el mundo, derivado del impacto de la pandemia del covid-19, el recrudecimiento de la crisis climática, sumado al incremento en los precios de la energía y los fertilizantes debido al extenso conflicto entre Rusia y Ucrania.
Todos los aspectos mencionados tienen una alta incidencia en las cadenas de suministro, junto con las alzas constantes en los precios de los alimentos a nivel global.
De acuerdo con la FAO, los efectos inmediatos de la actual escasez de fertilizantes, junto con la frecuente alza en los precios de los productos alimenticios, provocó que estos insumos dejaran de estar disponibles en el mercado y derivó en que numerosas plantas de producción con márgenes negativos detuvieran la fabricación de sus productos.
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En ese sentido, el gas natural, además de ser la pieza clave para agilizar la transición energética en el país y luchar contra el cambio climático, cuenta con un amplio potencial para satisfacer diversas demandas sociales, entre ellas, la seguridad alimentaria.
Autosuficientes en la producción de urea
Ante la necesidad de responder efectivamente a esta emergencia, desde la Asociación Colombiana de Gas Natural – Naturgas -, se destaca la posibilidad de que Colombia pueda aprovechar el gas natural que se tiene en el país en pro de la autosuficiencia en la producción de urea, fertilizante esencial en la elaboración de alimentos, lo que contribuirá con el cumplimiento del objetivo de hambre cero de la ONU.