La pérdida de los Juegos Panamericanos 2027 es un capítulo abierto que pica y se extiende. Mientras Lima y Asunción avanzan en la preparación de la presentación que harán ante la Asamblea de Panam Sports para quedarse con la sede de las justas deportivas, en el país se acelera la marcha alrededor de los procesos para definir las responsabilidades fiscales, disciplinarias y políticas.
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La principal preocupación ronda alrededor de los cerca de 2.2 millones de dólares que habían sido cancelados por Barranquilla a la entidad organizadora, en cumplimiento de los primeros plazos pactados en el contrato Ciudad Sede.
En dicho documento se encontraba consignado que los recursos cancelados no se devolverían en caso de presentarse el retiro de la sede por motivos ajenos a Panam Sports, tal como sucedió con la capital del Atlántico.
