La fauna silvestre en la región Caribe sigue siendo cazada, sacrificada y comercializada de manera ilegal en tiempos de Cuaresma y Semana Santa. Un verdadero viacrucis tienen que pasar estas especies, muchas en vías de extinción, que son sacadas de sus hábitats para ser sometidas a un sinnúmero de prácticas violentas para llegar a las mesas de decenas de personas, ante la costumbre ancestral de evitar el consumo de carnes rojas durante esta temporada.
Las iguanas son abiertas cruelmente para extraerles sus huevos y en muchas ocasiones la misma carne; las hicoteas y tortugas son transportadas en sacos, algunas desmembradas, para luego ser cocinadas con agua hirviendo aun estando vivas; el chigüiro o ‘ponche’ es sacrificado y su carne comercializada en mercados u otros sitios en condiciones insalubres.
Pese a estar tipificado este tipo de conductas como delito ambiental, en el Artículo 328 del Código Penal, algunas personas siguen vendiendo estas especies y evadiendo de manera constante los controles y operativos de las autoridades ambientales y la Policía.
Uno de los puntos más álgidos de la ciudad en donde se comercializan es en el sector del Mercado de Granos, en el Centro de Barranquilla. Allí los huevos de iguana están siendo vendidos entre $15 mil y $17 mil la ‘vara’ de 50 unidades; la hicotea a $25 mil y $30 mil; mientras que la carne de ‘ponche’ ahumado se consigue a $10 mil la libra.