Dedicación, pasión y esfuerzo son algunas de las herramientas que han utilizado para navegar en el voluble mar del emprendimiento. Su camino ha estado plagado de desafíos y obstáculos, los cuales han podido vencer con arduo trabajo, perseverancia y determinación.
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La aventura de Carlina Cepeda inició hace ocho años, mientras se formaba como diseñadora de modas. La necesidad de contar con recursos para costear sus implementos y trabajos universitarios la llevó a incursionar en el mundo de la bisutería.
'Ese pequeño negocio que nació por esa necesidad se fue convirtiendo en un sueño. Cuando me gradué, decidí especializarme en diseño de joyas. En 2018, tras recibir el apoyo del Fondo Emprender, empecé a mezclar lo aprendido en joyería con la bisutería artística', recordó la joven de 30 años.
Con tan solo dos años en el mercado, la pandemia llegó y se convirtió en una pare obligatorio. Los meses fueron transcurriendo y Carlina decidió retomar su sueño de tener un punto físico, el cual se volvió a ver reducido debido a la inseguridad y los altos costos de servicios públicos.