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Un panorama desolador se observa en el corregimiento Guaimaral, ubicado en Tubará. Los fuertes vientos que se registraron en la tarde del pasado lunes generaron afectaciones en cerca del 90 % de las viviendas.

Láminas de zinc derribadas, colchones secándose al sol, ropa en el suelo y electrodomésticos dañados hacen parte de los daños que dejó la emergencia; sin embargo, la comunidad manifestó que se siente agradecida debido a que no hubo pérdidas humanas.

Mientras cocinaba, Egles Martínez, madre cabeza de hogar, contó que constantemente revive en su mente los momentos de “terror” en los que veía como caía “en cámara lenta” el techo de su casa arriba de sus cinco hijos.

“Yo cogí a mis hijos y los subí a todos en la cama buscando refugio y que todos estuviéramos juntos, pero eso no valió de nada porque a uno de mis pequeños le golpeó muy duro una lámina en la cabeza que gracias a Dios no lo cortó”, manifestó.

Asimismo, indicó que toda la comunidad se encuentra sin servicios públicos ni alimentación y algunas familias han acogido a las más damnificadas puesto que no tenían donde pasar la noche.

“Esperamos que las ayudas lleguen a tiempo y no se vuelva a presentar más lluvias ni ningún otro fenómeno porque todos estamos durmiendo a la intemperie y ya no tendríamos donde resguardarnos”, señaló.

La oscuridad en el cielo, como si de arriba les estuvieran enviando algún mensaje, fue lo que más impresionó a Arelys de las Salas Torres, delegada de la Junta de Acción Comunal del corregimiento.

La líder comunal reportó que un fuerte vendaval de cerca de 80 kilómetros por hora afectó gravemente a la comunidad, dejando a decenas de viviendas sin techos y obligando a la población a buscar albergue.

“Hay un impacto psicológico significativo, con heridos y niños traumatizados. Se solicita ayuda urgente, incluidas láminas y asistencia para arriendos, ya que muchas personas han quedado sin hogar. La comunidad se está ayudando mutuamente con albergues en casas no dañadas”, agregó De Las Salas.

A su turno, con lágrimas en los ojos y voz entrecortada, Martín Molinares, profesor de matemáticas en la institución educativa Guaimaral, compartió su aterradora experiencia durante un evento natural que dañó su hogar.

Recordó cómo tuvo que buscar refugio con su familia en un kiosco mientras el techo se colapsaba, sintiendo terror por la situación y preocupaciones por una hija que estaba fuera en una cita odontológica.

“Todos salimos corriendo al kiosco al escuchar el tenebroso sonido que hacía el techo y ahí nos refugiamos por varios minutos mientras sentíamos cómo una a una se venía abajo cada lámina de eternit, pero el viento era tan fuerte que el kiosco también se vino abajo y quedamos todos atrapados. Minutos después, cómo pudimos quitamos las palmas y logramos salir, pero siempre pensamos que ese era nuestro final”, comentó Molinares.

Indicó también que sufrieron daños significativos en su vivienda y enfrentan problemas económicos debido a la destrucción de cultivos.

De igual manera, la señora Yainis Rivera sufrió daños en su vivienda cuando estaba a punto de preparar la cena. El viento se llevó 15 láminas de techo, causando que su hogar se inundara y se mojara la ropa. Afortunadamente, no hubo pérdidas humanas, aunque ella resultó herida al ser golpeada por una lámina mientras intentaba rescatar a su hijo de 2 años.

“Ninguna autoridad ha acudido a censarme o brindarme ayuda hasta el momento y tenemos miedo de que vuelva a llover porque los daños serán peores. No tenemos ni dónde dormir. Es primera vez que vivo un horror como este”, afirmó.

“Todos salimos corriendo al kiosco al escuchar el tenebroso sonido que hacía el techo y ahí nos refugiamos por varios minutos mientras sentíamos cómo una a una se venía abajo cada lámina de eternit, pero el viento era tan fuerte que el kiosco también se vino abajo y quedamos todos atrapados. Minutos después, cómo pudimos quitamos las palmas y logramos salir, pero siempre pensamos que ese era nuestro final”, comentó Molinares.

Indicó también que sufrieron daños significativos en su vivienda y enfrentan problemas económicos debido a la destrucción de cultivos.

De igual manera, la señora Yainis Rivera sufrió daños en su vivienda cuando estaba a punto de preparar la cena. El viento se llevó 15 láminas de techo, causando que su hogar se inundara y se mojara la ropa. Afortunadamente, no hubo pérdidas humanas, aunque ella resultó herida al ser golpeada por una lámina mientras intentaba rescatar a su hijo de 2 años.

“Ninguna autoridad ha acudido a censarme o brindarme ayuda hasta el momento y tenemos miedo de que vuelva a llover porque los daños serán peores. No tenemos ni dónde dormir. Es primera vez que vivo un horror como este”, afirmó.

El balance

Este miércoles, la Gobernación del Atlántico desplegó las primeras acciones para atender a afectados por vendaval.

El gobernador Eduardo Verano informó que los daños más graves fueron reportados en Puerto Colombia (475 casas) y en Tubará, donde a la fecha han encontrado afectaciones en 650 viviendas. Agregó que en otros siete municipios se han registrado daños por el fenómeno natural.

El mandatario indicó que se está realizando un censo para determinar las necesidades y se prevé que se entreguen las ayudas a partir de este jueves. Mencionó también la importancia de utilizar amarres adecuados en los techos para evitar que continúen presentándose más emergencias en las viviendas. Por lo anterior, insta a verificar el estado de los techos.

En cuanto a las escuelas y hospitales, Verano dijo que se ha planificado su reparación, destacando que ocho escuelas están muy afectadas. Las intervenciones en estos lugares comenzarán de inmediato.

A su turno, Nelson Oquendo, subsecretario de prevención del Atlántico, informó que el casco urbano de Tubará se vio afectado, pero su mayor afectación fue en el corregimiento de Guaimaral dejando el 90 % de las casas de este sector con daños.

“La idea es darle celeridad en la entrega de estas ayudas humanitarias. Pero todo esto no lo podemos hacer sin estar organizados, por eso le hemos pedido paciencia y tranquilidad. Sabemos lo difícil que es estar en estas circunstancias, pero queremos darle un parte de tranquilidad, que tienen una administración municipal y departamental que está presta, que estamos atentos a atenderlos”, puntualizó.