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En los últimos años Barranquilla ha emergido como un destino turístico clave en Colombia, gracias a una combinación de proyectos que destacan tanto su biodiversidad como su desarrollo sostenible, dejando solo de cariño, el nombre que en el pasado se refería a la ciudad como ‘La Arenosa’, por sus calles polvorientas y poca infraestructura urbana.

Bajo la Administración del alcalde Alejandro Char, la ciudad ha tomado una dirección decidida hacia el desarrollo urbanístico que garantiza la protección del medioambiente, la recuperación de ecosistemas y la creación de infraestructuras turísticas que resaltan sus riquezas naturales y culturales.

El Gran Malecón, el Ecoparque Mallorquín, las playas de Puerto Mocho, el tren turístico que conectará desde el barrio Las Flores hasta Bocas de Cenizas y sus centenares de parques y paisajismo urbano son solo algunos ejemplos de la visión transformadora que ha puesto a Barranquilla en el mapa turístico.

Uno de los proyectos más recientes proyectos es la creación de la primera Ruta Turística Distrital con buses amigables con el medioambiente, que permitirá a locales y visitantes descubrir la riqueza cultural, deportiva, patrimonial y arquitectónica de Barranquilla, conectándolos con su historia de progreso. “¡Tienen que vivirla!”, enfatizó el alcalde Char al presentar la iniciativa, que promete ser una ventana al potencial inmenso de la ciudad.

Durante los primeros meses, la ruta funcionará de manera gratuita cada domingo, con salidas desde el Gran Malecón. Para marzo, la ruta turística se verá fortalecida con la llegada de buses ecológicos, con capacidad para 57 personas, equipados con aire acondicionado en el primer piso y una cubierta retráctil al aire libre en el segundo, permitiendo disfrutar de las vistas de la ciudad.

Este compromiso con la sostenibilidad también se refleja en los proyectos con un enfoque en reducir el impacto ambiental mientras se promueve el turismo. El ecoparque Mallorquín, un ícono de la recuperación ambiental en Barranquilla, ha jugado un papel fundamental en el reposicionamiento de la ciudad como un referente de ecoturismo. El alcalde Char ha destacado cómo este proyecto es un ejemplo claro de que el desarrollo y la conservación pueden avanzar de la mano.

Otra de las grandes atracciones que se espera dinamice el turismo es la playa de Puerto Mocho, a la cual se podrá acceder a través del tren turístico. Esta conexión entre lo urbano y lo natural abrirá nuevas oportunidades para explorar los paisajes únicos de Barranquilla, ofreciendo a los turistas una experiencia completa, desde el río Magdalena hasta el mar Caribe.

En el ámbito internacional, Barranquilla ha sido reconocida por sus esfuerzos ambientales durante la COP16, donde reafirmó su compromiso con la protección de la biodiversidad y el desarrollo sostenible. La ciudad ha sido presentada como un ejemplo de resiliencia, destacando su trabajo en la recuperación de ecosistemas estratégicos como la Ciénaga de Mallorquín, y su enfoque en liderar proyectos que protegen la biodiversidad y mejoran la calidad de vida de sus habitantes.

Para el secretario de Desarrollo Richard Fernández, la oferta ecoturística de Barranquilla continúa posicionando a la ciudad como un destino diverso “que combina su riqueza natural con un enfoque claro en la sostenibilidad. Con una visión a largo plazo, Barranquilla se proyecta no solo como un epicentro cultural y deportivo, sino también como un modelo a seguir en la protección del medioambiente en Colombia y el mundo”.

Las cifras corroboran el auge ecoturístico de la ciudad. Según revela la Secretaría de Desarrollo, desde su inauguración en 2017, el Gran Malecón ha recibido más de 31 millones de visitas, y Ecoparque Ciénaga de Mallorquín 323.712 visitantes desde septiembre del 2023, tras su apertura.