Desde que el reloj marcó las 9 a.m., habitantes de sectores aledaños al Coliseo Cubierto Humberto Perea se acercaron a ser testigos de lo que, por dos razones principales, fue un evento que podrá quedar grabado en la memoria de más de uno.
Primero, el hecho de ‘enterrar’ bajo los escombros más de 50 años de historia de este viejo escenario deportivo –el cual, por un tiempo, fue la sede para encuentros boxísticos, festivales de orquesta y demás espectáculos culturales– fue el motivo principal por el cual asistieron los curiosos. Segundo, que la demolición se llevara a cabo con un método nunca antes practicado en Barranquilla, lo que creó mayor expectativa en los ciudadanos.
'Cuando vimos esta implosión, que no son masivas aquí en Barranquilla, pude sentir el desarrollo que está tocando la puerta aquí en la ciudad. No debemos ser muy apegados a las cosas, si bien este coliseo tiene sus 55 años de historia, ya era hora de renovar', expresó el joven Mauricio Soto minutos después del desplome.
A otros, como Mauricio De la Rosa, este hecho les pareció 'triste y lamentable', ya que consideran que el coliseo hacía parte de la historia de Barranquilla.
'Esto es una obra magna en la arquitectura, lo digo como arquitecto. Esto no lo volvemos a tener más. Una cubierta como esta no la hay en cualquier parte del mundo, una estructura que es un ícono en toda Suramérica', opinó De la Rosa, quien además recordó sus experiencias vividas dentro del lugar.
'Tuve la oportunidad de ver peleas de Mario Miranda y de lucha libre de los mexicanos contra los colombianos. Además, asistí un par de veces a los Festivales de Orquestas, donde vi a Diomedes Díaz y al Joe Arroyo. Con esto se acaba la historia del coliseo y comienza una nueva, que esperamos que sea para bien del deporte', apuntó el ciudadano.
El procedimiento
De acuerdo con los detalles brindados por uno de los ingenieros a cargo de la operación, Rogelio Gómez, 'fueron 50 kilos de explosivos de indugel', colocados en '300 perforaciones' realizadas en la estructura. 'Es la primera vez que en la ciudad se hace una implosión. Son 60 que la firma Atila Demoliciones ha hecho en el país'.
El explosivo utilizado es de un material que 'es muy seguro, producido por Indumil –Industria Militar–, y el cual no genera gases venenosos', destacó Gómez, quien agregó que los preparativos comenzaron hace 15 días, y que un equipo de 22 operarios estuvo trabajando en el proceso. (Ver infografía).
El Cuerpo de Bomberos de Barranquilla, funcionarios de la Oficina de Prevención y Desastres, integrantes de la Cruz Roja y de la Defensa Civil, así como unidades del Ejército y de la Policía, estuvieron presentes en el lugar para velar por la seguridad.
Como medida preventiva, los servicios de energía y gas fueron suspendidos, aproximadamente, una hora antes del proceso de implosión. Y desde las 7 a.m. no fue permitida la presencia de peatones en un perímetro mayor a 100 metros ni la circulación de vehículos por el sector.
En el lugar también estuvieron presentes representantes de la Universidad de la Costa, quienes realizaron 'mediciones del impacto ambiental' de la demolición.
'Estamos realizando mediciones perimetrales de las zonas que podrían ser afectadas. Con esto vamos a tener un buen reporte técnico para la ciudadanía y así confirmar si se presentó algún tipo de inconveniente durante la implosión', detalló Carlos Gaviria, ingeniero encargado de las mediciones, delegado por la Alcaldía Distrital.
Expectativa
Los 18 minutos de retraso que tuvo el proceso de la implosión del coliseo aumentó el suspenso en las personas que se reunieron en las calles y edificios aledaños al sector, especialmente en la calle 55 entre carreras 53 y 54, lugar donde el grupo de interventores y el Cuerpo de Bomberos realizaron, en dos oportunidades¸ un conteo regresivo que, al llegar a cero, daría el inicio de la explosión.
'Una moto pasó y nos pisó el cable y cuando fuimos a hacer el disparo estaba cortado', fue lo que argumentó el ingeniero Gómez sobre el retraso.
Ese tiempo de espera sirvió para el debate de algunos espectadores, quienes discutían sobre la historia del lugar. Mientras José Romero hacía memoria de los boxeadores que alguna vez se subieron a una lona ubicada en el Humberto Perea, y aseguraba haber 'trabajado en las oficinas de los Juegos Bolivarianos que tuvieron lugar en el año 1961', Alberto Ortiz lo interrumpía y aseguraba que el escenario deportivo no alcanzó a ser construido en el 61, 'sino en 1964', y que, por ende, los encuentros deportivos se realizaron en el Suri Salcedo.
Finalmente, cuando se pudo salir del contratiempo y el Cuerpo de Bomberos encendió su sirena, anunciando que se acercaba la hora del derrumbe, los espectadores activaron las cámaras de sus celulares para inmortalizar los siete segundos que duró el ‘adiós’ del Humberto Perea. Adiós que inició con la orden que dio el alcalde Alejandro Char desde la azotea del edificio La Esmeralda. Un aplauso al unísono se escuchó al final del evento.
Carlos Ariza, residente de un barrio aledaño y egresado de la Universidad de la Costa, manifestó estar de acuerdo con la demolición del lugar. Recordó que 18 años atrás tuvo la oportunidad de jugar fútbol y voleibol con sus compañeros en las instalaciones del coliseo.
'Fue bueno esto porque ya estaba muy deteriorado y hay que hacer cosas nuevas aquí para el progreso de la ciudad', dijo Ariza.