Cuatro perros callejeros se revuelcan en unas hojas secas, tres duermen a la sombra de un palo de roble y otra más amamanta a sus cinco crías en una de la entradas del edificio donde, hasta 2006, funcionó la Clínica del Seguro Social Los Andes, lugar que a la fecha sigue en ‘estado de coma’ por su deterioro. Poco más se ve pasar por ahí. Como esta, las antiguas sedes del Colegio de Barranquilla, el Hotel Royal, el edificio de los Cinemas, la vieja sede de Avianca, Cajanal y el hotel el Golf son estructuras que están en similares condiciones de abandono. Del esplendor que una vez tuvieron, hoy solo quedan fantasmas.
Entre estas edificaciones hay casos con pleitos jurídicos, proyectos sin comenzar, obras inconclusas u otros en las que simplemente sus propietarios esperan por una oferta económica que les anime a salir del inmueble. Mientras eso ocurre el tiempo pasa y deteriora lentamente los cimientos de edificios que llevan, en su mayoría, más de 10 años deshabitados.
EL HERALDO realizó un recorrido por las longevas estructuras y encontró que varias de ellas son generadoras de inseguridad, según denuncian vecinos; también hay casos en los que sirven de rebusque a personas y otros en los que el deterioro hace que sean una amenaza para quienes transitan cerca.
'Uno pasa por ahí con miedo, porque hemos visto caer pedazos de concreto o ladrillos que se desprenden de la parte alta. El problema es que hay muchos que no saben y caminan por ahí desprevenidos, sobre todo en época de lluvias, intentan cubrirse debajo de ese techo, pero es cuando más peligro hay porque la estructura se humedece, está más débil', advirtió Edwin Jorge Viloria, vecino del edificio de los Cinemas.
Emilio Sandoval, quien se gana la vida cuidando vehículos que se estacionan en el viejo Hotel Royal, afirma que lleva más de 20 años trabajando en la zona y que vivió los momentos de bonanza de este negocio. 'En sus mejores años era el único que le hacía competencia al Hotel El Prado', dice.
El secretario de Planeación del Distrito, Miguel Vergara, indicó que, por tratarse de propiedades privadas, el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) no contempla acción alguna para enfrentar el estado de abandono de este tipo de inmuebles. 'Lo que no pueden es generar daños a la seguridad por su deterioro. En ese caso interviene la oficina de Prevención y Atención de Desastres', explicó. De momento, los 7 edificios mencionados, y otros en similares condiciones en la ciudad, seguirán así hasta el día en que sus propietarios decidan venderlos o ‘revivirlos’.
Edificio Avianca
Calle 72 con carrera 58
El edificio Avianca dejó de funcionar hace casi nueve años. Desde entonces, y hasta hace unos 6 meses, el lugar ha sido desvalijado. Habitantes del barrio Prado cuentan que en las noches entraban los habitantes de la calle a hacer sus 'parrandas y a consumir drogas' allí. En varias ocasiones denunciaron que quien pasaba por la edificación lo atracaban.
Desde finales del año pasado, los nuevos propietarios del predio colocaron vigilancia privada al inmueble y sellaron la entrada principal con tablas.
De acuerdo con el certificado de tradición de matricula inmobiliaria, el edificio fue adquirido en 2009 por la firma Inversiones en Recreación, Deporte y Salud, dueña de la cadena de gimnasios Bodytech. El inmueble, que fue un importante epicentro cultural de la ciudad, sigue abandonado.
Codeba
Carrera 41 con calle 51
En 1908 se inauguró el Colegio de Barranquilla con el objetivo de que fuera una institución educativa de alta calidad académica, que fuese gratuita y que gozara de alto prestigio. El lunes 20 de julio de ese año, el gobernador José Francisco Insignares Sierra decretó la fundación del Colegio del Atlántico, nombre con el cual inició labores el Colegio de Barranquilla, Codeba. Esta institución comenzó con 61 alumnos. El Codeba se mudó de sede en 1971, a la calle 68 con carrera 47. Actualmente la edificación está en un pleito jurídico entre la Universidad del Atlántico y el Codeba, mientras sus alrededores son cuna de indigentes. Joshua Sánchez, jefe de la oficina de Patrimonio Distrital, dijo que este inmueble entrará dentro de una lista de predios que tendrán declaratoria patrimonial, lo que podría abrir la puerta a un posible rescate arquitectónico.

Cinemas
Calle 45 con carrera 44
La historia de esta edificación se remonta a 1938, cuando Atilio A. Correa y Cia vendió el predio a Cine Colombia S.A., por 15 mil pesos. La empresa de cine fue la titular hasta 2002, cuando proyectó la última película en las salas 1 y 2 del antiguo Cinemas Murillo. En ese año, el edificio fue comprado por la Universidad de Los Andes, por 1.100 millones de pesos.
Tres años después, la universidad vendió el inmueble, por 285 millones de pesos, a Delia Johana del Castillo Palomino, según el certificado de la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos.
Por años, este edificio también ha sido utilizado como cueva para indigentes y consumidores de droga.
Trece años después del cierre del cine su estado es alarmante. En el andén de la calle 45 hay una prueba del grave deterioro: dos pedazos de concreto que, según vecinos, se desprendieron del techo de la estructura.
Apartahotel El Golf
Carrera 59B con calle 81
El apartahotel El Golf, inaugurado en los años 70 y que fue uno de los más importantes de la ciudad durante la década de los 80, es hoy una desolada estructura que en sus paredes externas tiene escritos mensajes como: 'La pereza es la madre de la pobreza' o 'Amigo: no te contamines, di sí a la vida y no a las drogas'. Y otros que simplemente advierten a los transeúntes: 'Peligro, techo en mal estado, caída de escombros'. Este hotel cerró a mediados de los años 90.
La oficina de instrumentos públicos registra que en 2005 el predio fue adquirido por Bavaria S.A. a la Promotora del Norte en Liquidación. En 2010 la cervecera lo vendió a Fiduciaria Bogotá S.A.
Según la valla informativa que está en el exterior de la edificación desde agosto de 2014, la estructura será demolida para darle paso a un proyecto de vivienda, en '24 meses'.

Cajanal
Calle 45 con carrera 38
El edificio donde funcionaba la Caja de Previsión Nacional (Cajanal), entidad del Ministerio de Salud, que prestaba servicios médicos a pensionados hasta los años 90, es, tal vez, la que menos deterioro refleja de las edificaciones mencionadas. La edificación tiene, según el certificado de tradición, escritura pública desde 1971. El inmueble salió a nombre del Municipio de Barranquilla y fue cedido a la Caja de Previsión Nacional.
Cajanal Atlántico tuvo escándalos como el de 1991, cuando 20 funcionarios fueron vinculados a fraudes contra esta entidad entre 1989 y 1990. Luego, el Gobierno Nacional decidió liquidar la prestadora de salud. En 2006, el edificio fue vendido por Cajanal Eps en Liquidación a Inversiones Trifer Limitada e Inversiones R.V.A. Limitada, de acuerdo con documento de la oficina de Instrumentos Públicos de la capital del Atlántico.
Nueve años después la edificación solo es ocupado por una persona: su vigilante.
La fachada parece la de una estructura habitada, pero su interior está en obra negra.
Hotel Royal
Carrera 54 con calle 68
La firma Arquitectura Limitada fue la constructora del edificio. En principio, el proyecto contemplaba la construcción de un par de edificios de apartamentos. Pero, teniendo en cuenta que en esos momentos (1973) Barranquilla tenía deficiencias en capacidad hotelera, la obra cambió de rumbo. Por esto, sus habitaciones fueran amplias y cómodas. Fue inaugurado en 1976 y durante 10 años mantuvo una ocupación del 98%. En 1981 lo adquirió un grupo de empresarios guajiros encabezados por José Cotes. En 1989 ocurrió uno de los sucesos más alarmantes de su historia, cuando estalló una bomba en la puerta de la edificación, hecho en el que murió un taxista.
A finales de 2009 el Hotel Royal cerró sus puertas por problemas financieros de sus propietarios, quienes se acogieron a la Ley 550 para enfrentar el pago de sus obligaciones con acreedores. En 2012 corrió el rumor de que la cadena hotelera Meliá había comprado el edificio, pero resultó falso.
La vieja casa ubicada en la parte de atrás del hotel (sobre la carrera 56), donde quedaba la frutera Royal, también está envuelta en el olvido. En su fachada, con pintura roja, se leen unos letreros que anuncian la venta del predio.
Seguro de Los Andes
Calle 57 con carrera 24
En el interior de la antigua Clínica del Seguro Social Los Andes, la más grande que tenía el ISS en la Región Caribe, actualmente crece la maleza y en sus alrededores merodea la delincuencia. Este edificio del liquidado centro hospitalario, escriturado en 1965, cerró sus puertas en 2006. Era el más importante de esa institución para la prestación de servicios médicos ya que contaba con 320 habitaciones y 12 salas de cirugía. En 2012 la oficina de Mercadeo en Bogotá de la Central de Inversiones –Cisa– informó que el predio había sido vendido a una firma privada, Helm Fiduciaria S.A., 'como vocera del fideicomiso irrevocable de garantía, administración y fuente de pagos de IHS Clínica de los Andes', según el certificado de tradición. El documento certifica una negociación por 7.800 millones de pesos.
Sin embargo, hasta la fecha en el edificio solo permanecen tres vigilantes privados. En sus alrededores, cuentan vecinos, es 'frecuente' que se registren robos por parte de motorizados.