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La llegada del presidente de la República, Juan Manuel Santos, a Fundación fue traumática. Quizás el recibimiento no fue como él lo esperaba. Las expresiones de críticas no se hicieron esperar.

El mandatario entró al camposanto a las 4 de la tarde acompañado de su esposa María Clemencia Rodríguez y su hijo Esteban. Vestido completamente de blanco y con su mano derecha en el corazón, caminó hacia donde estaban las familias, las saludó, luego se sentó y oró.

La misa terminó y todos esperaban que dijera algunas palabras. Un vocero de la Presidencia de la República hizo uso del micrófono para manifestar:

'El Presidente respeta la intimidad familiar. Aquí en Fundación se abre una mesa de atención a las inquietudes'.

Acto seguido el Jefe de Estado se marchó en medio de los reclamos de las gentes que le pedían que no se callara, que dijera algo.'¿Y entonces a qué vino?', dijeron en el camposanto.