Santa Marta está conmocionada por la muerte de la estudiante universitaria Marcela Salas Tamayo, ocurrida la noche del domingo en una clínica de Maracaibo, Venezuela. Durante siete días luchó por sobrevivir tras una fallida cirugía estética.
En un mensaje de voz transmitido a través de las redes sociales, su padre, el periodista y jefe de comunicaciones de la Universidad del Magdalena, Édgar Salas Ballesteros, dio a conocer la noticia: 'Mi hija ha fallecido, el designio de Dios, que a mi modo de ver es injusto, se ha llevado a cabo. Su madre Enith ha perdido a su princesa, yo, su padre, acepto de rodillas la decisión del Altísimo. Ahora mi hija está en el cielo y yo estoy en pie. Ya no tengo a mi Marcela. ¡Por favor… cuiden a sus hijos!'.
‘Marce’, como con cariño le decían, tenía 21 años y cursaba el noveno semestre de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Sergio Arboleda de esta capital. También era enfermera. Todos quienes la conocieron la distinguieron como una joven, que además de hermosa, era inteligente.
Cadenas de oración
Desde el día que quedó en cuidados intensivos en el centro asistencial del vecino país, en Santa Marta y muchas regiones del Magdalena se organizaron cadenas de oraciones. El pronóstico siempre fue reservado, pues no era fácil que científicamente saliera del duro trance. Por eso había que aferrarse a un milagro y eso solo era posible gracias a Dios.
Pero no ocurrió, a Marcela le sobrevino un infarto y su joven corazón dejó de latir. Hoy, los amigos y familiares de Edgar y Enith, reunidos en la Catedral Basílica, oraron y le reiteraron a los padres que había que seguir con fe, porque ella es la que hace posible la resignación.
'Que su muerte nos inspire a vivir la vida alegremente como lo hacia ella', dijo el sacerdote en la homilía.
Al cierre de esta edición se esperaba la llegada de los familiares con el féretro procedente de Venezuela. Su velación es en el cementerio Jardines de Paz, en donde hoy será sepultada.