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Cuando los mamos koguis avistaron la embarcación que traía de vuelta a sus sagradas tierras la reliquia representada en 17 partes de oro, las emociones no se hicieron esperar. En una caja venía de vuelta a casa el tesoro adquirido por sus ancestros y que por sus tradiciones les pertenece. EL HERALDO hace un breve recuento de momentos clave en esta historia.