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En Aracataca, norte del Magdalena, la emisión del nuevo billete de $50.000 en homenaje al hijo más ilustre de esa tierra, el Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, despertó ilusiones y esperanzas. Los optimistas confían en que este acontecimiento sea 'el comienzo de la salida al oscuro laberinto de pobreza', como aseguran.

El alborozo que se vivió el pasado viernes en el interior de la sucursal del Banco Agrario por la puesta en circulación del billete, al que hoy todos le llaman, ‘El Gabito’, fue muestra palpable que los cataqueros, a pesar de los problemas y los sinsabores por la orfandad estatal, aún conservan la fe.

Todos coinciden en que para transformar el municipio se requieren muchos ‘Gabitos’, pero no escritores, sino billetes de $50.000 y también de un gran sentido de pertenencia.

'Con $100.000 millones le cambiamos la cara a esta población pero para eso es necesario la ayuda del Gobierno Nacional', expresó el alcalde Pedro Sánchez Rueda.

Superstición y fe

En esta localidad para ninguno es un secreto que su fama y reconocimiento es por la imagen del escritor, y que a pesar de ello, es poco o nada lo que han recibido en beneficio material, por eso hoy, ante la aparición del billete, se aferran a una creencia sin fundamento racional… a una superstición.

'Algunos le estamos atribuyendo al nuevo billete un carácter mágico', dijo José Luis Martínez, un apasionado coleccionista de monedas.

Y en medio de esta singular razón, en consenso opinan que Aracataca no puede seguir viviendo solamente de la importancia de su hijo más famoso, sino de su propia fuerza natural, porque como aseveró el comerciante Daniel Gaviria, 'llega la peste del olvido y sigue el estancamiento'.

'Nosotros tenemos que brillar con luz propia', anotó la concejala Aldis De La Rosa Marimón, moradora del barrio San Martín, uno de los más deprimidos del municipio.

Las Cifras del municipio

El ‘Gabito’ llegó a Aracataca en momentos en que los habitantes reclaman a las autoridaes locales obras que le mejoren la calidad de vida y jalonen desarrollo para la población, algo que les ha sido esquivo desde hace décadas. De ahí que se diga que esta localidad está viviendo más de cien años de soledad, para referirse a la obra más insigne de García Márquez.

Aracataca fue fundada en 1885, pero el territorio fue elevado a la categoría de Municipio en el año 1912 por ordenanza No 8, tras haberse segregado de Pueblo Viejo.

En los más de un centenar de años que tiene, la población ha vivido épocas gloriosas como el esplendor del cultivo del banano, pero también aciagas, como el conflicto armado.

Sin embargo, en los últimos 34 años, se sienten orgullosos porque gracias al premio Nobel de Literatura que recibió Gabriel García Márquez, la comarca se dio a conocer en el mundo.

A pesar de tantos años de fama y de visita permanente de turistas que van atraídos por conocer la tierra de Gabo, Aracataca, con 40.000 habitantes, es un municipio vulnerable. La pobreza marca un indicador del 34%, lo que equivale decir que hay 13.800 personas marginadas.

El porcentaje de desempleo es del 35% o sea que 14.000 cataqueros en edad de trabajar están desocupados. La Alcaldía y el hospital son los mayores empleadores.

El presupuesto de la actual vigencia es de 23.000 millones de pesos, pero para inversión solo hay 1.000 millones de pesos, pues el resto va dirigido al Régimen Subsidiado, obligaciones laborales y pago de demandas, entre otros aspectos.

Rosario de peticiones

Los males de Aracataca son casi 'eternos', sostiene el alcalde Sánchez: el 50% de la población no tiene alcantarillado, el agua potable está ausente en muchos barrios y no hay infraestructura hotelera para atender a los visitantes asiduos.

Además, falta un centro de enseñanza superior porque se hizo una solicitud a la Escuela Superior de Administración Pública pero a la fecha no ha habido respuesta.

Wilson Hernández, secretario Municipal de Cultura, sostiene que paradójicamente, pese a ser la tierra de uno de los más grandes exponentes universales de las letras, el Municipio no tiene Casa de Cultura ni escuela de Bellas Artes y su biblioteca no es la más representativa para el municipio.

Tampoco ha calificado para los programas de vivienda de interés social del Gobierno Nacional y no ha sido posible dar vía libre a proyectos como el Malecón Turístico, el Parque Lineal Macondo, el Museo Leo Matiz y el Tren de Macondo.

'¡Ya esta bueno!', dice el alcalde, quien manifestó que quizás lo único que se ha obtenido agarrados del nombre de ‘Gabo’ es la construcción del hospital Luisa Santiaga Márquez Iguarán, llamado así en honor de la madre del Nobel de Literatura.

Los habitantes de Aracataca esperan que con la suerte que seguramente les traerá el billete de $50.000, pronto desaparezca el tren del carbón, lo mismo que Electricaribe, empresa que los tiene agobiados por los constantes apagones a que se ven sometidos. Pero también sueñan con la construcción de un megacolegio y que en los planes del Estado de cara al posconflicto, el municipio salga bien librado.

Propuesta

En medio del jolgorio por la circulación del billete con la imagen de Gabo, los cataqueros fueron notificados que es posible que con recursos internacionales, se logre materializar mucho de los proyectos del gobierno local.

En efecto, hace 20 días el excanciller del Ecuador, Patricio Zuquilanda, visitó Aracataca y se sorprendió por las múltiples necesidades del municipio. Manifestó que no comprendía por qué faltaban tantas cosas y decía que el maestro Gabo es un personaje universal y que en honor suyo había que jalonar obras que mejoren la calidad de vida de los cataqueros.

Entonces dijo que trabajará para la creación de una fundación con vinculación de varios expresidentes latinoamericanos y algunos nóbeles de literatura.

'El mundo tiene un compromiso con Aracataca', le dijo a Sánchez el político ecuatoriano

Desde el viernes, muchos cataqueros confían en que la puesta en circulación del billete que tributa a su paisano más célebre se traduzca en progreso para este municipio con más de cien años de olvido.