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Del susto a la diversión pasaron un grupo de turistas que el fin de semana se bañaban en una de las playas del Parque Tayrona y avistaran la presencia de un caimán que nadaba en la orilla.

Como era de esperarse todos evacuaron el mar ante la alerta y lógicamente; hubo temor y sobresaltos, pero al cabo rato, la tranquilidad reinó. El animal se divertía como un niño entre las olas, mientras que los turistas grababan videos y lo fotografiaban.

De la especie aguja, el caimán tras retozar por largo rato, se retiró sin la amenaza ni la presión de nadie. 'Su presencia es un indicador del buen estado de conservación que tiene la reserva natural', dijo John Restrepo, jefe del Parque Tayrona.

Agregó que el Parque hace parte del hábitat natural de esta especie, donde históricamente los pobladores han registrado su presencia y anidación.

Dijo que en varios sectores, como Los Naranjos, Cañaveral, Arrecife, El cabo, Cinto, Gairaca y Chengue se han tenido reporte de avistamiento de ejemplares adultos en las playas, lagunas costeras y salientes rocosas.

Recomendó a los turistas que si avistan a la especie realicen la observación manteniendo una distancia prudente; no nadar en cuerpos de agua donde se encuentren, no alimentarlos, tampoco manipularlos ni instigarlos arrojándoles objetos.

El Caimán Aguja o del Magdalena (Crocodylus acutus), es una de las seis especies de crocodílidos que se encuentran en el país. Se conoce desde el sur de La Florida pasando por América Central. En Colombia, la especie se encuentra en los valles de los ríos Magdalena, Atrato, Sinú, San Jorge, Cauca y en complejos humedales de la costa Caribe, Pacífico. Esta especie ha sido descrita en Peligro Crítico en alto grado de desaparecer.