A Edinson Cueto Salas nunca se le pasó por la cabeza que su pasado judicial iba a quedar marcado por una inofensiva ardilla. En un operativo policial, con ribetes cinematográficos, fue detenido y puesto a buen recaudo, al hallársele comercializando el espécimen.
La ardilla es un mamífero roedor que se encuentra inscrito en el listado de animales en vía de extinción.
El hecho, que fue registrado por la Policía Nacional como una de las novedades del día, ocurrió a las 11:30 de la mañana del martes en el peaje de Tucurinca, Troncal de Oriente, entre la Ye de Ciénaga y Fundación.
Mediante cumplimiento de tareas de prevención vial, los uniformados fueron advertidos por transportadores, que en el peaje referenciado había un hombre ofreciendo ardillas a los viajeros.
De inmediato la patrulla se movilizó hacia el sitio y en efecto, allí estaba Edinson, quien tenía en su poder una ardilla, amarrada con un nailon negro por la cabeza.
Al preguntársele porqué tenía este animal, manifestó a los agentes que 'era un encargo para una persona desconocida'. Confesó que se la iban a pagar.
En vista de la situación, se procedió a solicitarle sus documentos de identidad y se le leyeron sus derechos de capturado. Seguidamente se informó al Fiscal en turno mediante llamada telefónica. Más tarde fue conducido a la seccional de la Fiscalía en Fundación, al tiempo que se colocaba la ardilla a disposición de la Umata de esa ciudad.
A Cueto Salas le quedará la experiencia de haber vivido este singular momento de su vida, pues es una persona de bien y sin antecedentes judiciales, que quizás no pensó jamás que comercializar animales como el caso de la ardilla, era un delito.
La ardilla es una especie antigua. Habiéndose encontrado fósiles con una edad estimada entre 20 y 30 millones de años.
Es un ágil y simpático roedor que desarrolla su vida de modo fundamental
en los árboles, con hábitos diurnos y que está activo durante todo el año. Habita en los cinco continentes.