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Los esposos y compañeros sentimentales de las mujeres del barrio Alto Tayrona, al nororiente de Santa Marta, fueron quienes pagaron los ‘platos rotos’ por la falta de energía que durante ocho días padecieron, pues estas, ante el sofocante calor, especialmente por las noches, decidieron no tener más relaciones sexuales.

La inusual medida, que como era de esperarse no fue de buen recibo por los hombres, fue denominada por sus protagonistas como 'huelga de piernas cruzadas', y a través de ella buscaron llamar la atención de la sociedad y de manera prioritaria de la empresa Electricaribe, que finalmente afirmó que el problema había sido superado, luego de instalar un nuevo transformador.

'Se nos explotó el transformador y la empresa de energía nos pide 6 millones de pesos para instalarlo pero solo hemos recolectado 5 millones, y no nos lo quieren recibir', había explicado Lesvit Noriega, una de las líderes del movimiento, explicando la causa de la ausencia de luz.

Indicó que fueron unas 100 familias del sector las que se vieron afectadas, lo que equivaldría a decir que son 100 mujeres (una por cada casa) las que decidieron entrar en abstinencia sexual.

'Trasnochadas, sin luz y con calor… ¡noombe así no aguanta nada!', dijo Lesvit soltando una carcajada.

Sentenció a su esposo manifestándole que 'ni que se te ocurra ir a buscar otro nido, porque entonces vas a saber de verdad quien soy yo'.

Aunque confía en su fidelidad, asegura que 'no dejan de haber personas que le llenen la cabeza de telarañas'.

Los hombres de Alto Tayrona dijeron que harían su pronunciamiento al respecto, pero a través de un comunicado.

Lo que para la sociedad samaria queda claro ante esta manifestación de rebeldía es que quienes habitan allí son personas sanas con un alto concepto de la tolerancia, pues otros ya habrían actuado por las vías de hecho.

'Ojalá y las protestas fueran así', dicen los samarios.