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Inmerso entre aulas de clases, laboratorios, bloques de edificios, hermosos jardines y de mucha gente, Santa Marta cuenta con uno de los bosques secos tropicales mejor conservados del país, y quizás el único en el planeta en su estilo y característica.

Ubicado en predios de la Universidad del Magdalena, donde abarca 2.5 hectáreas, fue creado por estudiantes y docentes del programa de Biología, adscrito a la facultad de Ciencias Básicas, con el fin de mostrar la gran biodiversidad que contiene dicho centro de educación superior.

Se denomina ‘Aula viva’ porque está dentro de un campus en donde hay salones, pero con la diferencia que estos están encerrados en paredes de concreto; además, porque tiene la representatividad de los órganos vivos en un mismo sitio.

Sandra Villardy Quiroga, decana de Ciencias Básicas, asegura que este aporte a la conservación del medio ambiente que realiza la alma mater, es de gran trascendencia para dar a conocer la diversidad de especies que tiene. Tenemos la fortuna de contar con este bosque para generar espacios de aprendizaje y experiencias a nuestros estudiantes', anotó.

El biólogo Willington Barranco Pérez, magíster en Bosques y Conservación Ambiental, comentó que 'esta es la iniciativa más positiva de restauración ecosistémica activa que se registra en Colombia'.

A ello Villardy indicó que, en efecto, 'muestra cómo un proceso de estos puede ser muy útil para recrear espacios verdes para una ciudad como Santa Marta'.

Fauna y flora

El ‘Aula viva’ del Campus impulsa el avance de proyectos de investigación de la comunidad universitaria, pero igualmente es un espacio abierto a los colegios, empresas y fundaciones, que con interés académico solicitan su ingreso.

Cuenta con una amplia flora y fauna que al observarla invitan a la reflexión y a entender que la naturaleza es el único libro que siempre está abierto para todos, por lo tanto no hay que cerrarlo por la fuerza.

Existen 115 especies de árboles, entre los que se mencionan el Cordia, Albizia, Acacia, Capparis y el Prosopis o más conocido en América Latina y el Caribe como el algarrobo, entre otros. También fauna silvestre como conejos, ardillas, serpientes, iguanas, ranas, aves migratorias y otros.

Se camina por senderos y cuentan con el apoyo de estudiantes que fungen como guías para los visitantes, realizando un circuito informativo en donde al término del mismo se hace hincapié en la importancia de conservar la naturaleza.