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El crecimiento poblacional y la llegada masiva de desplazados, sin un progreso similar en infraestructura y servicios básicos, ha generado un deterioro en el bienestar de los samarios, lo cual se traduce en altos índices de pobreza.

Así lo determina el estudio ‘La pobreza en Santa Marta: los estragos del bien’, elaborado por el economista Adolfo Meisel Roca y la investigadora del Centro de Estudios Regionales (CEER) Diana Carolina Riciulli, presentado ayer en la biblioteca Gabriel García Márquez del Banco de la República.

El documento precisa que la pobreza en esta capital se concentra en las faldas de los cerros que rodean la ciudad y en otras zonas del casco urbano. Algunos de los barrios con más miseria son María Cecilia, Cerro Las Tres Cruces y La Paz.

Destaca que para superar el rezago, se deben priorizar inversiones en cuatro sectores: educación, vivienda, acueducto - alcantarillado y empleo.

'El costo total aproximado de estas inversiones es de 433 millones de dólares en los próximos 12 años, los cuales se podrían financiar con un mayor esfuerzo fiscal local y una mayor calidad del gasto público', explicó Meisel en su exposición.

Recursos del posconflicto

El estudio plantea pensar en recursos del posconflicto, ello en razón de que esta capital es una de las más receptoras de desplazados en el país. Según el Registro Único de Víctimas, en el periodo 1985-2017, Santa Marta fue la tercera ciudad que más recibió desplazados en el país, solo después de Bogotá y Medellín.

'Este crecimiento poblacional resultó en la concentración de pobreza en las faldas de los cerros aledaños y en algunas zonas del casco urbano, en donde son recurrentes la falta de servicios públicos y el bajo logro educativo de la población', precisa.