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Un mural en el centro de Santa Marta causa sensación por su tamaño y por la fuerza de los colores que le imprime. Está ubicado en la pared de un edificio de tres pisos, de la calle 22 con carrera 2 esquina, a un costado del comando de la Policía Metropolitana.

La obra – de 12 metros - fue ejecutada por el artista bogotano Tito Ramírez con el apoyo de la industria cultural samaria Jafana Jafana, con quienes se vienen organizando talleres para fortalecer el arte plástico entre los samario, uno de ellos de serigrafía, una técnica de impresión empleada en el método de reproducción de documentos e imágenes sobre cualquier material.

El mural – de acuerdo con el autor – fue elaborado con base en una fotografía tomada en otra parte de Colombia y representa a una adolescente de raza negra,  de pie, en chancletas, con falda, brazos cruzados y mirada penetrante.

'La idea es plasmar en muros a las gentes anónimas o desconocidas que están por todas las ciudades', dijo el artista, quien añadió que 'es posible interpretar que podría ser un homenaje a los migrantes.

Ramírez comentó que pintar el mural llevó dos días, y para su materialización contó con la colaboración de ciudadanos que aportaron el material como vinilo (6  galones) y el aerosol (25); además de rodillos y brochas.

'Más allá de lo estético del  dibujo, lo que nos interesa es que la gente lo tome como un espacio de reflexión', anotó el artista.

Lo cierto es que desde cuando lo terminó – y aún en ejecución – se mostraba como atractivo para quienes transitan por el lugar.

'Estas son las cosas que debemos apoyar, que debemos aplaudir', dijo Andres Quintero Ramos un comerciante de la carrera primera.

Francisco Insignares, un turista que llegó procedente de Neiva (Huila) expresó que ׅentre las fotografías que me llevo ´para mi tierra es esta… al pie del mural'.

El autor, Tito Ramírez, dijo que otros murales suyos están en Calo, Medellín, Bogotá y en Quito, Ecuador, entre otras ciudades.

Expresó que en los actuales momentos busca dos muros más en el Centro Histórico para pintarlos y con ello mejorar la estética del lugar, al igual que se conviertan en atractivo de la ciudad.