La angustia y la desesperación se dibujan en los rostros de los habitantes de Tigrera y de quienes con afán buscan a Albertico Cardona Sanguino, el niño de 6 años perdido en la Sierra Nevada hace 23 días. Las horas pasan y la preocupación crece, pero la esperanza sigue viva porque todos en la comarca comulgan con el principio de que 'el optimismo es la fe que conduce al logro'.
En la oscuridad de la tragedia parece asomarse una luz, luego de escucharse comentarios de que el pequeño está con vida y que inclusive estaría en los alrededores del sector Pozo Azul, una formación natural enclavada en la montaña y a media hora de Minca.
Esa luz −que aún sigue encendida por la esperanza y la convicción− se desvaneció cuando el bombero Abraham Mesa alertó a su comandante de unos extraños movimientos en la maleza. Raudo se dirigió al sitio, pero al rato avisó: 'Capitán, no, no es Albertico', y la desazón se apoderó nuevamente de todos.
Desde el sector Las Cabañas hasta La Tagua, en un área de mil hectáreas, aproximadamente, la búsqueda es incesante. Por el río, debajo de las piedras y abriendo trochas en la espesura de la vegetación, un ejército interinstitucional y de voluntarios escudriñan cada rincón con la esperanza de hallar algún indicio sobre el paradero del menor.
'Aquí estoy, porque es mi oficio, pero también porque soy madre y tengo tocado el corazón', dijo la bombero Kelly Murillo, una de las socorristas que presta su ayuda durante los trabajos de exploración.