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La comunidad estudiantil de Minca y los padres de familia, marcharon este lunes por las calles de la población, pidiendo por Alit David Sánchez Maldonado, de 22 meses de nacido, con la esperanza de que aparezca sano y salvo, luego de cumplirse 48 horas de estar ausente del seno de su hogar.

El pequeño desapareció de su casa como por ‘arte de magia’. Unos dicen que posiblemente cayó al río que colinda con el patio de su casa en un barranco y otros que se lo llevaron de la puerta de la casa.

La caminata se inició en el colegio Agroindustrial y llegó al sitio La Virgen, ubicado en la salida de la comarca; luego retornó al casco urbano y terminó en el atrio de la iglesia, en donde hicieron una plegaria.

'Somos solidarios con los familiares de Alit David, pero extendemos esta manifestación pacífica por Albertico, de quien hace 39 días no se sabe nada', dijo Francisco Franco, uno de los habitantes de Minca.

El estribillo de '¡no más, no más!', retumbó con eco en la comarca, al tiempo que se observaban pancartas con sugestivos mensajes:

'Defendamos los derechos de los niños… ellos deben ser libres'; 'regresa pronto, Minca te espera'; 'Todos unidos por Alit David', eran algunos de los avisos plasmados en cartulinas.

La búsqueda

Mientras la marcha se llevaba a cabo, los organismos de socorro, la Policía, el Ejército, la Armada y voluntarios de la comunidad buscaban con afán al niño.

Diseminados a lo largo y ancho de la geografía de Minca, los rescatistas trabajaron desde las seis de la mañana en una dispendiosa jornada que culminó al filo de las seis de la tarde, cuando el sol avisaba que llegaba el ocaso.

'Hubo un barrido desde las cabañas hasta donde termina el corregimiento', dijo el director de la Defensa Civil, mayor Eduardo Vélez Soto.

'Hicimos una búsqueda selectiva donde el río describe una serie de pozos profundos', anotó el comandante de la Policía de Infancia y Adolescencia de la Policía Metropolitana de Santa Marta, mayor Aldemar Hernández.

A su turno, Francisco, Brando y Jair –vecinos de Alit David– desafiaban las corrientes del río buscando al menor entre las piedras. Mientras, desde el puente, un militar del Gaula y un civil divisaban el afluente.