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Poco después de que el presidente Iván Duque y la cúpula militar finalizaran un consejo de seguridad motivado por el secuestro de la empresaria bananera Melisa Martínez García, rescatada 48 días después, el ministro de Defensa, Guillermo Botero, respondió en su momento que nada estaba pasando en la Sierra Nevada.

Sin embargo, con el paso de los días y los acontecimientos quedó claro que en la montaña y en el corredor de la Troncal del Caribe, en la vía a La Guajira, hacen presencia ‘Los Pachencas’, una organización criminal liderada por Jesús María Aguirre, conocido con el alias de ‘Chucho Mercancía’, por quien el Gobierno nacional ofrece una recompensa de $100 millones por su captura.

'Solo hay evidencias de que es este grupo el que está delinquiendo en esta área', enfatizó el general Herman Bustamante Jiménez, comandante de la Policía Nacional en la Regional n° 8, con jurisdicción en la costa norte del país.

El oficial reveló que 'con el secuestro de Melisa Martínez, una extensión de paramilitares pretendían tener mayor control sobre la Sierra Nevada, pero fueron desarticulados'. Se refirió a los del ‘Clan Rojas’, quienes –según aseveró– 'querían generar una renta mayor con la extorsión y el secuestro, pero no lo lograron'. Su líder Rigoberto Rojas fue capturado en la operación de rescate de la empresaria bananera.

El comandante de la segunda brigada, coronel Juan Carlos Aparicio, también afirmó que 'sobre este sector de la Sierra Nevada se habla de ‘Los Pachencas’'. Agregó que con el Batallón de Alta Montaña n° 6 'estamos reacomodando nuestros dispositivos y recuperando las tropas que están en otras zonas para fortalecer esta parte de la Sierra Nevada'.

Se encienden las alarmas

Fueron los asesinatos de la líder social Maritza Quiroz Leiva, en la vereda San Isidro, y del guardabosques del Parque Sierra Nevada Wilton Fauder Orrego León, en el sector de Perico Aguao, el 6 y 16 de enero, respectivamente, los hechos que encendieron la alarmas. Desde entonces las voces de rechazo y los señalamientos no han cesado.

'¡Aquí está imperando el régimen del terror y el silencio!', dijo la senadora Aida Avella, declarada por la Alcaldía Distrital ‘embajadora de Santa Marta para los 500 años de su fundación’.

Ya la defensora seccional del pueblo, Nayara Vargas Hernández, había expresado: 'Algo está pasando en la Sierra Nevada y nosotros lo evidenciamos'.

En efecto, una alerta temprana de esta entidad daba cuenta de ello, pero también de la presencia del Eln en el territorio, con dominio absoluto en 46 barrios de la ciudad. Sobre esto último, el alcalde Rafael Alejandro Martínez hizo las observaciones y posteriormente vino la aclaración y corrección.

Hoy, los organismos que hacen inteligencia trabajan en la definición de los mapas de delincuencia que hay en la Sierra Nevada y sus estructuras, estableciendo el organigrama del grupo, el cual es encabezado por Jesús María Aguirre, alias Chucho Mercancía; y seguido por John Rafael Salazar Salcedo, alias Flash y Deimer Patiño Giraldo, alias Ochenta.

Accionar del grupo

‘Los Pachencas’ delinquen desde Minca hasta Mingueo, en La Guajira. Se pasean por veredas y caseríos que en otrora eran reductos de Hernán Giraldo Serna, alias El Patrón de la Sierra, entre otras, ‘Machete Pelao’, ‘Quebrada del Sol’, ‘Filo Seco’, ’Miramar’, ‘La Aguacatera’, ‘El Orinoco’, ‘Los Linderos’, ‘Marquetalia’, ‘Transjordania’, ‘Páramo de San isidro’, ‘La Estrella’, ‘Girocasaca’ y ‘Puerto Nuevo’.

Su estructura criminal consta de al menos 150 hombres en armas y otra red criminal de pequeños grupos, integrada por aproximadamente 400 personas.

El general Bustamante comentó que el grupo 'está integrado por exmiembros de grupos criminales, algunos de Hernán Giraldo. Es la única organización tipo B, que tenemos en la Sierra Nevada', explicó. Tipo B es aquella en donde pueden derivar la mayoría de reinsertados.

Entre las actividades ilícitas que realizan están la utilización de delincuentes comunes para efectuar homicidios, extorsión a finqueros, bananeros, hoteleros y empresarios del turismo, así como a comerciantes de la región.

Realizan inteligencia delictiva a través de fachadas (puestos de minutos celulares, mototaxistas, entre otros); intimidación a pobladores de la región, control al comercio de combustible ilegal y a cultivos ilícitos, así como actividades relacionadas con el narcotráfico.