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En una tarde del 7 de junio de 1999 un grupo de 30 paramilitares del Bloque Norte de las Autodefensas, al mando de alias Esteban, se tomó a Salaminita, corregimiento del municipio de Pivijay, Magdalena, y reunió a toda su población frente a la única tienda del pueblo. Tras asesinar a tres personas ordenaron a las familias que abandonaran el poblado. Seguidamente, con retroexcavadoras, derribaron las casas.

A pesar de la dimensión de la tragedia, fueron más de 14 años, antes de iniciar el proceso de restitución, que las entidades guardaron total silencio frente a lo ocurrido.

Transcurridos 20 años de aquel nefasto suceso y sin olvidar las interminables horas de miedo que vivieron, la comunidad se dio cita en el predio y rememoró la fecha. Allí refrendaron que 'la fe es la que guía al logro' y que 'las tormentas hacen a las gentes más fuertes'.

Los habitantes marcharon y expresaron a viva voz: 'A pesar del olvido, seguimos resistiendo'. Con una eucaristía y actividades culturales conmemoraron la fecha, con el anhelo de 'no más violencia', pero dejando sentado, ante todo, que no cesarán la lucha por el resarcimiento de sus derechos.

Amadís Crespo recuerda que fue un suceso sin comparación y con voz entrecortada narra que con sus siete hijos tuvo que coger rumbo para otras partes, 'sin tener amigos donde llegar, a pasar hambre, a dormir mal'.

'Hoy gracias a Dios estoy feliz porque volví a recuperar el solar donde tenía mi casa y ahí hemos ido parando el ranchito, levantándolo poco a poco, ahora sólo falta que mi parcela también me la restituyan, pero por una equivocación no me la han devuelto', expresó.

Erica Rangel sostiene que 'veinte años después de los asesinatos de la inspectora de Policía y de dos campesinos, y del arrasamiento del pueblo, todos los que fuimos desterrados hoy soñamos, vivimos, y creemos que ‘Salaminita’, va a volver a ser lo que fue antes… o quizás mejor'.

Le pidió al presidente de la República que 'se dé la rodadita', y le hizo saber que 'hay partes de Colombia que quizás no sabe que existen y donde hay una población que sueña con salir adelante'.

'Tenemos una sentencia que ordena reconstruir en su totalidad el pueblo, con servicios públicos, salud educación y es la hora que no vemos nada', precisó.

En efecto, en diciembre del 2016 un fallo del Tribunal Superior de Antioquia le ordenó a la Nación reconstruir el pueblo, y devolverles a sus pobladores los predios que la violencia les arrebató.

Identificación predial

El primer paso para el resurgimiento de Salaminita fue la identificación de lo que había en su centro poblado, una tarea que recayó en el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC).

El Tribunal solicitó al IGAC que se encargara de verificar los levantamientos planimétricos de la zona, para así empezar con los procesos de restitución de tierras.

El IGAC reportó que por medio de un detallado estudio topográfico, identificó que el centro poblado tenía un área de 3,6 hectáreas, distribuidas en 49 predios y una cancha de fútbol. El informe divide al corregimiento en tres sectores dentro del centro poblado: norte, sur y la cancha.

'El sector norte, con 1,5 hectáreas, estaba conformado por 27 predios, incluidos el colegio y el puesto de salud. Los 22 predios restantes hacían parte del sector sur, con 1,7 hectáreas, mientras que la cancha de fútbol tenía una dimensión de 3.220 metros cuadrados', informó la entidad.

Restitución

El pasado 3 y 4 de abril el juez Segundo Civil del Circuito Especializado en Restitución de Tierras de Santa Marta adelantó la entrega material de 10 predios –equivalentes a 110 hectáreas– restituidos en el antiguo corregimiento de Salaminita, 20 años después de ocurrida la masacre que dio lugar al desplazamiento masivo de toda la comunidad, el arrasamiento del caserío, el posterior despojo y la concentración de las tierras por parte de ganaderos.

Dentro de la entrega quedaron pendientes 3 predios, toda vez que en uno de estos se encontró presencia de menores de edad, hijos de los trabajadores de los opositores. En otros dos se encontró la presencia de más de 72 semovientes (según los opositores son más de 350 animales que no tienen para donde trasladar por el verano que afecta los pastos de la zona).

'La diligencia no fue fácil, pues los opositores no hicieron presencia el primer día alegando que no fueron notificados de las diligencias, obligación que le compete de manera exclusiva a su apoderado. Razón por la cual fue necesario decretar allanamientos en las diligencias para lograr entrar a los bienes y hacer posesión de los mismos', reportó en un documento la Comisión Colombiana de Juristas.

Este proceso de restitución se dio tras una larga lucha por parte de los habitantes de Salaminita por no permanecer en el olvido.