Visiblemente conmocionados, los médicos de Santa Marta despidieron a su colega y amigo Enrique Antonio Gamarra Acosta, fallecido el sábado por el coronavirus, tras librar una lucha de 30 días por la sobrevivencia.
En una calle de honor y con ramos de flores blancas, que mostraban al paso del coche fúnebre, personal científico de la clínica del Prado – donde trabajaba y falleció - le dijeron 'adiós'.
El cuerpo fue trasladado hasta el camposanto Jardines de Paz en donde fue cremado.
Sus colegas lo definieron como 'un hombre de principios y buenas costumbres'.
'Tuvo la influencia de su padre Enrique, quien lo formó con un carácter firme pero muy caritativo y caballero', dijo su amigo y compañero de trabajo en la clínica Mar Caribe, el gastroenterólogo, Luis Gastelbondo.
Añadió que 'de su madre -que aún vive - heredó el espíritu de la generosidad y el amor por los demás'.
'Hoy 'Kike, Gamarrín', como cariñosamente le llamábamos, cumplió con la sociedad, su familia y amigos. Se marcha a los destinos celestiales tranquilo del deber cumplido', precisó.
El médico Edgar Sánchez, manifestó que 'su existencia no ha terminado ni se ha extinguido con su inesperada partida, perdurará a través de los médicos que contribuyó a formar'.
Su vida y labor
Enrique Antonio Gamarra Acosta nació en Barranquilla, hace 53 años. Allí pasó su infancia y se graduó como médico cirujano en la Universidad Metropolitana, en el año de 1985.
Llegó a Santa Marta en el 2002 para laborar en la entonces Clínica Saludcoop.
En esta ciudad transcurre gran parte de la vida familiar, con su esposa Vilma García, también médico, y sus hijos, quienes estudian y crecen en la ciudad haciéndose profesionales.
Era aficionado por la pesca y gran entusiasta de la tecnología y la electrónica, siempre resolviéndole a los demás, no solo problemas de salud sino con la web y manejo de computadores.
La música era otro pasatiempo. Era muy servicial y fácil para hacer amigos, según cuentan sus allegados.
'Te despedimos, pero no te olvidaremos, partes en la mejor etapa de tú vida, pero seguros que vuestros hijos prolongarán vuestra existencia con el mismo amor y el trabajo sin tregua para dar tu ejemplo a los demás', expresó Luis Gastelbondo.