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En el barrio Ciudad Jardín Norte, de Bogotá, en casa de su prima Jennifer Salazar, de quien dice 'es como mi hermana', Aldair José Álvarez Orozco se recupera de las quemaduras que el pasado 6 de julio le ocasionó el incendio del camión cisterna de Tasajera, Magdalena. Por su asombrosa evolución en la salud fue dado de alta del hospital Simón Bolívar, en donde permaneció recluido 8 días.

El jueves, cuando se le comunicó que el peligro había cesado y que podía irse a casa, el joven, de 23 años, se despidió de sus compañeros heridos, a quienes les dijo que tuvieran 'fe, fortaleza y mucha voluntad'.

'Dios los va a ayudar y ustedes se van a levantar de allí muy pronto, quizás mucho antes de lo que se imaginan', fueron las palabras de aliento de Aldair José.

También les recomendó que hicieran - al pie de la letra - todo lo que los médicos ordenaran y que trataran de comer.

Una pesadilla

Catalogó como 'una pesadilla' el suceso que le toco vivir, pues asegura que no solo fue sentir el dolor propio por sus heridas, sino el que le arrugó el corazón al ver a varios de sus amigos quemándose.

Como no se quemó tanto como otros, tuvo fuerzas para socorrer a algunos.

Tras aseverar que los seres humanos 'somos los autores de nuestro propio destino', dijo que el día de la tragedia estaba en su casa del barrio La 40, cuando le avisaron lo del accidente del camión cisterna.

De inmediato tomó rumbo al lugar en una moto. Al llegar caminó, como el resto de sus compañeros, hacia el vehículo.

'Yo no lo hice tan apresurado como otros, sino lentamente', sostuvo.

Recordó que estando como a un metro del carro, 'me agaché para amarrar los cordones de un zapato y fue en ese instante cuando el automotor se incendió'.

'Recuerdo que me caí al momento de correr para ponerme a salvo, pero me levanté y seguí raudo hacia la carretera', dijo con voz trémula Aldair José.

'Gracias a Dios no me desesperé ni me dio ansiedad por correr, porque si acelero el paso, quizás no estuviera echándoles el cuento', manifestó.

Recalcó que si hay una imagen que lo perturba es 'ver a los pelaos con las ropa prendida'.

Ver a su familia

Aldair permanecerá un mes más en Bogotá, pues espera recuperarse más, aunque quisiera ver a su esposa Carmen Sofía Hernández y a sus pequeños hijos Aldair, Eny y Josué.

'Verlos sería un aliciente más porque el amor de la familia es la mejor medicina durante la enfermedad', anotó.

Manifestó que se siente alegre, porque que 'ya salí de esto'.

'No sé qué me depara el futuro inmediato, pero espero mejorar mi calidad de vida. Lo cierto es que voy a enfrentar lo que venga', precisó.

Álvarez Orozco agregó que lo sucedido le deja una gran lección de vida y es que más nunca correrá a ver un accidente sobre la vía.

Dijo que quisiera que lo ayudaran con un trabajo estable pues vive de vender pescado.

'¡Fue horrible'!, sentenció.