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El dolor no cesa en Tasajera, pero un mes después de la tragedia que cobró la vida de 45 personas, los habitantes de ese pueblo de pescadores enclavado entre la Ciénaga Grande de Santa Marta, la Troncal y el mar Caribe, demostraron que son una comarca unida más allá de los lazos de sangre.

Cerca de mil personas se dieron cita en el kilómetro 47, a un costado de la vía que conecta a Ciénaga Barranquilla, en donde se construyó un monumento a las víctimas. Las 45 fotografías en blanco y negro de las víctimas contrastan con los cálidos colores que ilustran un ojo gigante que llora sobre la Ciénaga por lo ocurrido.

Usando mascarillas, con flores en las manos y con los corazones destrozados, los parientes de los calcinados elevaron plegarias por cada una de las almas que se fueron aquella mañana del 6 de julio pasado, cuando a un costado de la vía se volcó un camión cargado con gasolina.

Hacia las 2:30 p.m. toda Tasajera y habitantes de otros corregimientos de Puebloviejo se dieron cita para rendirle tributo a los fallecidos. No importó los 33 grados de temperatura o que la humedad estuviera en un 69 % aumentando así la sensación térmica.