El vertimiento de aguas negras al lago Dulcino, en el sector de Pozos Colorados, en el sur de Santa Marta, provocó la indignación de los habitantes de esa zona de la ciudad a través de redes sociales. Después de varios días de trabajo, la empresa Essmar señaló que la situación está controlada.
El imprevisto se presentó el pasado 13 de septiembre por un daño en la Estación de Bombeo de Aguas Residuales-Ebar- que provocó el rebosamiento de los manjoles, cuyas aguas terminaron en el lago. Las autoridades señalaron que la bomba de respaldo entró en funcionamiento de inmediato, pero tres días después se presentó una contingencia.
La Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta, Essmar, explicó que sus ingenieros trabajaron durante días para controlar el daño a través de equipos de succión presión en los puntos críticos de posibles reboses.
'Desde el domingo 20 de septiembre, en horario nocturno, se procede a reparar la fuga desde las 10:00 P.M. hasta las 05:00 A.M. y se hace una recirculación interna del agua residual dentro de las instalaciones de la Ebar, a través de movimientos de tierra con retro excavadoras, con el fin de construir piscinas para el almacenamiento del agua residual', señalaron desde la empresa.
El gerente de la Essmar, José Rodrigo Dajud, comentó que de acuerdo al cronograma de operaciones el daño será reparado en un lapso de 15 días, pero la emergencia ambiental está controlada.
'Ya tenemos un programa establecido para acabar las fugas y en unos 15 días debemos tener el trabajo al 100%; pero hoy damos un parte de tranquilidad a la comunidad de todo este sector del sur de la ciudad y el corredor turístico. Todos estos colectores están siendo supervisados, se les ha hecho seguimiento y están totalmente secos, no hay humedad en el sitio, no hay vertimientos, y hoy el problema lo tenemos en la Ebar Zuca, internamente', dijo.
Aclaró Dajud que 'no estamos negando las consecuencias que pudieron pasar en el momento en que se generó el daño, pero hoy el tema está totalmente controlado'.
'Una vez la bomba salió de funcionamiento, implementamos todo un operativo de 24 horas, donde dos carros constantemente sacaban el agua del colector y la llevaban a otros colectores para evitar el desbordamiento de este', anotó.
Los residentes de esa zona de Santa Marta temen que las consecuencias ambientales del derramamiento de las aguas de alcantarilla en el lago Dulcino provoquen un daño en el ecosistema, teniendo en cuenta que las aguas de ese complejo terminan en el mar Caribe.