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Una verdadera pesadilla vive Dana Manjarrés Vega, una samaria de 23 años, quien tiene varios meses con una duda que no la deja dormir: ¿Le cambiaron a su bebé recién nacido y se lo hicieron pasar por muerto?

La joven, residente en el barrio El Rosario de Gaira, denunció una serie de anomalías desde que fue internada el 1 de julio de 2020 en la clínica del Prado, debido a complicaciones de salud en su séptimo mes de embarazo.

'Me tuvieron que inducir en coma y el 2 de julio me hicieron una cesárea. A mi mamá le dijeron que al niño lo iban a meter a UCI porque era prematuro', narró la afectada.

Asegura que el 7 de julio llamaron a su mamá a las 11:00 p.m. para decirle que le debían hacer una transfusión de sangre al pequeño, pero a las 2:50 a.m. del 8 de julio les notificaron que el niño murió.

'A mi mamá no le dejaron ver nunca el cuerpo y lo entregaron en un cajón sellado. El día que lo sepultaron en el cementerio de Gaira, mi tía decidió abrir el féretro y al tocarlo se topó una bolsa plástica y nunca sintió el cuerpo', relató Dana Manjarrés.

Después de pasar 12 días en la clínica del Prado, la ama de casa fue dada de alta y el 8 de agosto de 2020, una sicóloga para preguntarle por su estado de salud, pero la conversación le dejó más dudas que tranquilidad.

'Me preguntó por mi estado de salud, le respondo que estaba triste y me dice que si era porque no me habían entregado a mi hijo de UCI. Luego dijo que se equivocó y me colgó', confesó Manjarrés.

La joven mujer buscó un abogado e instauró las denuncias correspondientes ante la Superintendencia de Salud y la Fiscalía Seccional Magdalena debido a todo lo extraño de la situación.

'El documento que yo tengo dice que el certificado de nacido vivo es el 16145051-1, pero la clínica le reportó a Supersalud el código 16145061-1. Los números no coinciden y además el 15 de julio le practicaron una prueba Covid-19 que salió negativo. Si para esa fecha mi hijo ya estaba sepultado ¿a quién le hicieron la prueba?', se pregunta la mujer.

A raíz de las inconsistencias, la Fiscalía 34 de Santa Marta se apersonó del caso y solicitó la exhumación de los restos del menor para esclarecer lo sucedido.

Fue así como miembros del grupo de criminalística del CTI llegaron al cementerio San Jacinto de Gaira en la mañana del 26 de enero para el procedimiento judicial, pero lo que encontraron llenó más de dudas a la familia del pequeño.

'Solo había un montón de plástico, se encontró un pañal, una jeringa, una sonda y no se encontró un hueso. Eso se lo llevaron para hacerle pruebas', relató la mujer.

Indicó que 'por más que se haya desecho, al menos hubieran encontrado rastros del cráneo o un hueso, pero no fue así'.

Los restos que encontraron en el cajón fueron llevados a la sede de Medicina Legal, en donde practicarán pruebas de ADN para determinar si los que hallaron corresponden a al menor fallecido.

EL HERALDO fue a la clínica del Prado a hablar con algún representante, pero el portero no nos dejó pasar de la entrada. También nos comunicamos a las líneas de atención al cliente y de admisiones pero no fue posible hallar alguna respuesta.

'Esta clínica no se va a pronunciar por ese hecho', dijo el vigilante.

Dana Manjarrés cree que su hijo fue cambiado mientras ella se encontraba en UCI, por eso espera que en las próximas semanas Medicina Legal determine si lo que encontraron en el féretro eran los restos de su pequeño, o si por el contrario eran residuos hospitalarios.