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Lo que para Laura Lorena Barrera Rodríguez comenzó con un favor a una amiga que le pidió escribir una carta de estímulo y agradecimiento a una tía enfermera por el trabajo que ejercía para combatir la covid, se convirtió poco después para esta joven samaria en una pasión y en catarsis para muchos.

La pandemia volvió a Laura Lorena aliada a la distancia de médicos, enfermeras y profesionales de la salud que están en la primera línea de batalla luchando contra el peligroso virus.

Con unas 1200 cartas manuscritas, algunas abiertas y otras dirigidas específicamente, la joven de 24 años reconoce el trabajo de estos profesionales, y les agradece por la labor que realizan, motivándolos y animándolos a que continúen en la brega aportando su sabiduría para salvar vidas, aunque sea a costa de las suyas.

Esta labor la emprendió en abril del 2020, y ha tenido como destinatarios a personal de diferentes clínicas y hospitales del país, entre otros Camino Simón Bolívar – Mi Red IPS y Porto Azul, de Barranquilla; Hospital Julio Méndez Barreneche y clínicas La Milagrosa, Marcaribe y La Mujer, en Santa Marta, hospital de Riosucio, Caldas y San Miguel, en Olaya, Antioquia.

Mensajes que han taladrado el corazón y que han sido revulsivos. Textos sencillos en hojas coloridas, marcados por la espiritualidad, la fe y la esperanza.

'No creí que podían tener tanto impacto, pues traté de permanecer en el anonimato porque no las firmaba, pero con el tiempo me identificaron. Hoy también recibo respuestas de los destinatarios, quienes suelen bendecirme por lo que hago', comentó.

Por eso ahora, cuando su nombre es reconocido en muchos centros asistenciales, recuerda el mensaje de respuesta del familiar de su amiga Wendy: 'Dile que gracias, que he quedado matada'.

Poco después le escribió otras a las compañeras de la tía de Wendy en el hospital de Santa Marta… y desde ese momento comenzó la extensa cuenta.