El indígena Wilfrido Segundo Izquierdo Arroyo, miembro de la etnia Arhuaca y estudiante de ingeniería civil en la Universidad del Magdalena, fue asesinado a balazos en el barrio Ciudad Equidad, de Santa Marta, a manos de desconocidos.
(La guerra por el poder criminal, detrás del mutilado en barrio Carlos Meisel)
El hecho ha causado conmoción general en esta capital y especialmente en la Sierra Nevada, debido al liderazgo que tenía entre su comunidad. Izquierdo fue pionero de la Asociación de Estudiantes Indígenas de la Unimagdalena y estaba próximo a terminar su carrera universitaria.
(César Manrique direccionó contratos con dinero de UNGRD y ANT: Fiscalía)
Era un joven comprometido con su formación para convertirse en ingeniero civil y así aportar al desarrollo de la Sierra Nevada, armonizando la ingeniería occidental con el saber ancestral, llevando desarrollo sostenible y regenerativo a las comunidades serranas.
(La historia de Mahdy Akil, dueño de firma barranquillera de nexos con Hezbolá)
'Solicitamos a las autoridades competentes que se esclarezcan con prontitud los móviles de esta lamentable pérdida para que sean judicializados los responsables', pidió la Universidad del Magdalena en un comunicado conjunto con las autoridades tradicionales de la Lengüeta (Salida el Mar) de la comunidad Arhuaca, el Cabildo Arhuaco Magdalena y La Guajira y la Plataforma de Defensores de Derechos Humanos, Ambientales y Liderazgos de la Sierra Nevada.
'Este acto de violencia no solo arrebata la vida de un joven lleno de promesas, sino que hiere profundamente a nuestras comunidades y atenta contra los derechos y la dignidad de los pueblos indígenas', precisan.
(Así se gestó en la Casa de Nariño la olla de corrupción de la Ungrd)
Agregan que 'este crimen constituye una violación flagrante de los principios de justicia, paz y Derechos Humanos consagrados en la Constitución Política de Colombia y en los tratados internacionales suscritos por el país'.
Este hecho de sangre se da en medio de una preocupante ola de violencia que azota a la ciudad de Santa Marta, con asesinatos diarios que enlutan a familias y a la sociedad.
(“El Pibe era un jugador único en su estilo”: Comesaña)
'Es más urgente que nunca tomar acciones decisivas para detener esta cadena de muerte y sufrimiento', precisan.