De 120 plántulas de mangle (negro y blanco) que en mayo del 2019 sembraron en un caño de la Ciénaga Grande se Santa Marta, con un promedio de altura de 21 centímetros, un año y medio después están transformados en 80 árboles de casi dos metros, hecho que materializa el objetivo de regeneración natural del sistema.
Los mangles fueron plantados en el caño 'La Caleta del Tambor', por la Corporación Autónoma Regional del Magdalena, Corpamag en alianza con el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, Invemar, bajo la técnica de montículos de sedimento.
Se trata de un experimento piloto de restauración activa, que cuenta con la experiencia de investigadores de la línea de Rehabilitación de Ecosistemas Marinos y Costeros del Programa CAM del Invemar.
'El resultado demuestra que los montículos de sedimento pueden proveer el espacio físico necesario para favorecer el crecimiento y desarrollo de plántulas de manglar en zonas sobre inundadas, donde el colapso del sedimento generado por la degradación del ecosistema no permite el establecimiento de nuevos individuo', explican los cientificos.
Agregan que 'en algunos de los árboles sembrados, se observó, incluso, la producción de abundantes semillas, que potencialmente podrían contribuir a la regeneración del sistema.
Los módulos o montículos de sedimentos, se convirtieron en pequeñas islas de vegetación.
Según Corpamag, este ejercicio brinda insumos valiosos para continuar afinando las técnicas de restauración de manglar en Colombia bajo diferentes escenarios, con el fin de que, a futuro, puedan ser escalables y replicables en zonas con condiciones similares.
Otros caños
Además de estas acciones de restauración, el Caño La Caleta de Tambor, otros como el Covado, Bristol, Machetico, Covado 2, Ahuyama y Pajaral, fueron intervenidos por Corpamag en el 2017, en el desarrollo del Proyecto 'Restauración ambiental del sector noroeste de la Ciénaga Grande de Santa Marta, a través de la recuperación de la sección hidráulica de los cuerpos de agua que la alimentan'. El objetivo principal fue el dragado de 1.289.922 metros cúbicos.
Estas intervenciones se realizaron debido al aumento de la salinidad en el sector noroccidental del complejo estuarino, lo que limitaba el crecimiento y desarrollo de los manglares.
Los trabajos de dragado permitieron la entrada de agua dulce al sistema, con lo cual, la salinidad en el sector noroccidental disminuyó.