Después de una titánica lucha para superar una grave enfermedad, Vanessa Hernández Espejo recibió su título de Ingeniera Industrial otorgado por la Universidad del Magdalena, logro que compartió con su familia, pero especialmente con su padre Eustasio Hernández, quien se convirtió en su bastión y mejor compañero, dentro y fuera del salón de clases.
La mezcla de amor, resiliencia y fe, hizo posible que esta samaria - que el 30 de septiembre cumplirá 31 años - conquistara su sueño de ser profesional, algo que parecía imposible debido a un aneurisma cerebral que le sobrevino en el año 2013 cuando cursaba el cuarto semestre de la carrera.
La enfermedad la dejó en silla de ruedas, sin conocimiento y sin habla. Tampoco podía escribir. Muchos daban por descartada la posibilidad de que pudiese continuar sus estudios profesionales.