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Cuando Milo, un perro de nueve meses, empezó a toser y a vomitar todo lo que comía puso en alerta a Gina López.

La dueña de este perro rescatado de la calle temió que su animal de compañía estuviese infectado con moquillo. Su preocupación aumentó al caer en cuenta de que Thiago, su otro perro, podría estar enfermo también. 'Su tráquea tuvo que verse muy afectada por la tos para que vomitara tanto'.

De manera inmediata Gina llevó a Milo al veterinario y este mandó a hacerle unos exámenes. Después de analizar los resultados se llegó a la conclusión de que el animal estaba padeciendo tos perrera.

Thiago también se contagió

Su proceso tardó más. Por cerca de 15 días el perro de cuatro años se vio afectado por la tos y fue necesario que se le hicieran nebulizaciones. Por suerte, ambos animales recibieron tratamiento oportuno y hoy están recuperados en casa.

La veterinaria Elaine Escorcia explica que la tos perrera es una enfermedad causada por 'varios microorganismos que afectan a la tráquea, cavidad nasal, laringe, cuerdas vocales, bronquios y, en algunas ocasiones, puede desencadenar en una neumonía'.

De acuerdo con la experta en salud animal, los perros están expuestos a sufrir alteraciones respiratorias durante todo el año. Añade que lejos de lo que se pueda pensar, en épocas de calor también aparecen las enfermedades de orden respiratorio.