Luis Pacheco hace una cara de disgusto al recoger del suelo una bolsa de agua que dejó caer un transeúnte en el Parque del Barrio Las Nieves.
Este habitante del populoso sector del sur de Barranquilla conoce bien las repercusiones que tiene el plástico sobre el medio ambiente.
'Todos podemos hacer algo por pequeño que sea para cuidar nuestro entorno', dice mientras deposita la bolsa en una caneca. 'La gente sabe que el plástico contamina y aún así sigue tirándolo al suelo y al mar', añadió.
La RAE define el medio ambiente como el 'conjunto de circunstancias exteriores a un ser vivo', que no es más que el espacio en el que se desarrolla la vida de los seres.
Hoy, según lo designó la ONU en 1974, se celebra la efeméride del Día Mundial del Medio Ambiente, que tiene como objetivo este año reducir el uso del plástico centrándose en el eslogan ‘sin contaminación por plástico’.
Según información de la organización, 'cada año se vierten en los océanos ocho millones de toneladas de plástico, lo que amenaza la vida marina, humana y destruye los ecosistemas naturales'.
La ONU insiste en que las medidas que se que adoptan desde los hogares frente a las problemáticas ambientales pueden ayudar a frenar la contaminación, crear una cultura de protección hacia los recursos naturales, respetar las especies, ayudar a disminuir las emisiones de gases efecto invernadero, entre otros puntos trascendentales para la entidad. Un cambio de actitud basta.
Los botaderos de basuras, el uso excesivo del plástico, el desconocimiento sobre el reciclaje, la contaminación y la falta de cuidado por los recursos naturales son algunos de los temas que más preocupan a los barranquilleros.
En un recorrido que realizó EL HERALDO por diferentes parques de la ciudad fueron indagados algunos ciudadanos sobre cuáles eran las medidas que tomaban desde sus hogares para cuidar el medio ambiente.
Jabib Vergara, de 37 años, formador deportivo de la Academia Fútbol Atlántico, es un asiduo visitante del Parque de Las Nieves. Allí entrena a casi 140 niños que deciden emplear sus horas libres 'haciendo lo que más les gusta: jugar fútbol'. En este espacio restaurado los pequeños no solamente aprenden sobre goles, jugadas y atajadas, también reciben lecciones sobre cómo cuidar su entorno.