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Los ataques de orcas contra ballenas jorobadas aumentaron en los últimos años, cuando una de cada cinco crías ha sido mordida, afirmó este martes el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), con sede en Panamá.

'Las cicatrices que se han observado principalmente en las colas de ballenas jorobadas son, en muchos casos, el resultado de encuentros con orcas, conocidas también como ‘ballenas asesinas’', dice el STRI en un comunicado. 

Según esta entidad, un estudio reciente publicado en la revista científica Endangered Species Research, presenta el análisis de las cicatrices en más de 3.000 colas de ballenas jorobadas.

Los resultados del reporte 'indican que los ataques a estos gigantes podrían estar aumentando'.

Del grupo estudiado, 11,5% de las ballenas adultas y 19,5% de las crías mostraban cicatrices de mordidas de orcas.

Las orcas pueden alimentarse de más de 20 especies distintas de peces, aves marinas y cetáceos, entre ellos lobos marinos y osos marinos.

Los investigadores concluyeron que los animales jóvenes 'son el blanco preferido de las orcas', dice el STRI.

Los científicos consideran que las orcas atacan principalmente a las crías durante la temporada de reproducción en los trópicos y durante su primera migración.

'Creemos que los ataques de orcas sobre ballenas jorobadas pueden ser más comunes ahora', indicó Juan Capella, autor y biólogo marino de la organización científica Whalesound en Chile.

Ese aumento podría deberse 'a la recuperación de las poblaciones reproductoras en el Pacífico Sudoriental después de que se prohibió la caza de estas ballenas', añadió Capella.

El equipo de científicos estudió fotos de ballenas colectadas desde 1985 en áreas de cría tropicales y poco profundas del Archipiélago de las Perlas en Panamá, Isla Gorgona y Bahía de Málaga en Colombia, y Salinas y Machalilla en Ecuador.

También se estudiaron áreas de alimentación en aguas frías del Estrecho de Magallanes en Chile y el Estrecho de Gerlache en la Península Antártica occidental.