Un cargamento de 216 ranas venenosas en peligro de extinción fue hallado por las autoridades de Colombia en el aeropuerto internacional de Bogotá cuando pretendían sacarlo del país para traficarlo en Alemania.
Los animales fueron encontrados camuflados en '194 empaques de rollo fotográfico' que los traficantes abandonaron en un baño de la terminal aérea El Dorado ante la 'presión' que sintieron de la policía, indicó la Secretaría de Medio Ambiente de la capital colombiana.
'Este es el mayor hallazgo de anfibios incautados a los traficantes de fauna silvestre en Bogotá', agregó en un comunicado divulgado este miércoles.
Tras la inspección, que no arrojó capturados, se identificaron tres especies endémicas del Pacífico colombiano, todas con algún nivel de amenaza en su población: 153 Oophaga histrionica (rana arlequín), 50 Oophaga lehmani (rana venenosa de Lehmann) y 13 Oophaga sylvatica (rana kiki).
Según las primeras pesquisas de la policía, los anfibios fueron transportados por tierra desde la ciudad de Cali (oeste) hasta Bogotá, donde luego serían traficadas ilegalmente hacia Alemania para ser vendidas o para darle uso a su letal veneno, detalló la entidad.
'Se estima que cada individuo puede costar alrededor de 2.000 dólares en el mercado ilegal, por lo que todos estos especímenes tendrían un valor de más de 1.200.000.000 de pesos en el comercio ilegal (cerca de 382.000 dólares)', cita el boletín.
En Colombia, segundo país con mayor biodiversidad del mundo después de Brasil, el tráfico de especies silvestres es considerado un delito ambiental y las multas pueden alcanzar el millón de dólares.
Las historias de traficantes locales y extranjeros que se adentran en las selvas del empobrecido departamento del Chocó, fronterizo con Panamá, buscando estos animales ocurren con cierta frecuencia.
Muchos de ellos mueren por el veneno de las ranas, que es utilizado por los indígenas para cazar, perdidos en la selva o en manos de bandas narcotraficantes o guerrillas.