Varias oenegés anunciaron el viernes que, tras dos semanas de conversaciones en la sede de la ONU, no hubo un progreso tangible en las negociaciones sobre un tratado para proteger la alta mar y el fondo marino.
'La falta de voluntad política para lograr avances en estas negociaciones es alarmante, porque claramente los países prefieren la explotación a la protección' de los océanos, denunció en un comunicado Sandra Schoettner, de la organización Greenpeace, después de entrevistas con más de 190 países.
'Es muy decepcionante ver que las ambiciones en esta reunión no se corresponden con el nivel de urgencia necesario para salvar nuestros océanos y proteger nuestro planeta de la emergencia climática y la pérdida masiva de biodiversidad que enfrentamos', agregó.
La responsable de Greenpeace, en su declaración, apuntó particularmente a la Unión Europea como culpable de proponer 'soluciones insuficientes y que no representan un cambio real para nuestros océanos'.
Además, Liz Karan, de la organización Pew, también lamentó ante la AFP que 'el progreso fue lento en algunos momentos', pero señaló que algunos países ofrecieron 'propuestas alternativas' que 'ayudarán a avanzar las negociaciones' para que, a principios de 2020, haya un 'acuerdo que protegerá la vida marina en alta mar en beneficio de las generaciones actuales y futuras'.
Todavía hay prevista una cuarta ronda de negociaciones para proteger al menos el 30% de los océanos de cara a 2030, antes de la firma de un tratado vinculante programado para 2020.
El documento deberá incluir la creación de áreas marinas protegidas, el intercambio de estudios de impacto ambiental, el desarrollo de capacidades y la transferencia de tecnologías marinas.
El mercado global de biotecnología marina podría tener un valor de 6.400 millones de dólares en 2025.
En 1982 la ONU adoptó una convención sobre el derecho del mar que mantenía un principio de libertad, sobrevuelo, navegación, pesca e investigación científica en alta mar. La convención entró en vigor en 1994 sin la participación de Estados Unidos.
Desde entonces, el transporte marítimo de mercancías ha crecido considerablemente, hay muchos más cables submarinos en el fondo del océano y los recursos del mar son muy codiciados.