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El fin del conflicto armado en el Alto Sinú permitió que un grupo de 14 expedicionarios documentara 238 especies de aves, de las cuales 30 no habían sido registradas antes en Córdoba, pero si en otras zonas del país.

Esto, según el presidente de la Sociedad Ornitológica de Córdoba, Hugo Herrera, representa una de las expediciones más productivas en el país.

Herrera reconoce que debido al conflicto, el cerro Murrucucú es una zona muy poco explorada, igual que muchos territorios del departamento de Córdoba.

La expedición al Alto Sinú, que tardó 11 días, tenía como misión avistar la cotorra subandina también conocida como periquito del Sinú  (Pyrrhura subandina), una especie que fue vista por última vez en ese territorio en 1949 y que hace temer a los investigadores sobre su posible extinción.

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Dicha ave está incluida en la lista de las 25 especies perdidas más buscadas por Global Wildlife Conservation, una organización internacional interesada en la conservación de la vida y los paisajes silvestres en todo el planeta por medio de la ciencia y la educación.

De acuerdo con el ornitólogo, el hábitat natural de la especie, que es el bosque seco, se ha visto amenazada además por la agricultura, la ganadería y la tala ilegal. 

Según Herrera, experto en el estudio de las aves, el periquito del Sinú es una especie 'única en el departamento, única en el país y única en el mundo'.

Lo positivo de la expedición es que con el hallazgo de las 30 especies que no se encontraban rastreadas en el departamento, se aumenta un 5% el registro de aves, cosa que según él no sucede con mucha frecuencia.

El cambio climático no tiene nada que ver con este avistamiento, enfatiza el experto que lideró la expedición. Se trata más bien de un descubrimiento en una zona no explorada. 

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De hecho, en medio de la excursión lograron avistarse 15 especies que llevaban más de 70 años que no habían sido reportadas en otros territorios, entre ellas el águila príncipe o el búho currucutú, este último solo reportado en el departamento de Chocó.

Para Herrera, esto significa un hallazgo esperanzador que 'nos debe hacer reflexionar sobre la belleza y biodiversidad que tenemos en nuestro país'.

'Lo que no conocemos no lo vamos a poder cuidar. En Colombia hemos perdido zonas muy importantes sin saber ni siquiera que había en ellas'.