Barranquilla es una de las ciudades que por su ubicación geográfica maneja en términos generales –según expertos– una buena calidad del aire. Sin embargo, la ‘piedra en el zapato’ en los registros han sido las concentraciones de los contaminantes PM10 y PM2.5, material particulado que podemos observar en quemas, cenizas, en las emisiones de los vehículos diesel y el polvo, entre otros.
La ciudad actualmente registra índices elevados de estos contaminantes que de acuerdo con Dayana Agudelo Castañeda, ingeniera civil y ambiental de la Universidad del Norte y docente investigadora de esta alma mater, con los estándares establecidos por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible para 2030 la ciudad no cumplirá dicha meta.
'La resolución 2254 de 2017 de Minambiente establece unos niveles máximos permisibles de contaminantes en el aire para el año 2030, para PM10 será de 30 ug/m3 (microgramos/metro cúbico) y para PM2.5 será de 15 ug/m3. Para esos estándares, Barranquilla no cumplirá', sostuvo Agudelo.
De acuerdo con la docente, la ciudad tuvo un aumento del 46.6 % en PM10 comparado con los índices registrados antes del confinamiento por la pandemia por covid-19 y un 119 % en PM2.5 para el mismo lapso de tiempo. (Ver gráfico)