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Latinoamérica es la región biológicamente más diversa del mundo. Su fauna es reconocida en todas partes. Por ello, enfrenta una creciente amenaza debido al tráfico de fauna silvestre, una realidad que aqueja a todos los países que integran esta parte del continente.

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En ese sentido, expertos de la Asociación Latinoamericana de Parques Zoológicos y Acuarios (ALPZA), entre ellos el Zoológico de Barranquilla, que es uno de sus miembros, dieron luces sobre esta situación y cómo, por ejemplo, en Colombia no se tienen datos actualizados sobre el panorama nacional.

Martín Bustamante, director del Zoológico de Quito, Ecuador, explicó que el tráfico ilegal es la forma de comercio que ocurre fuera de los márgenes de la ley, pero también a veces de lo ético, puesto que aunque existen países en donde hay legislación para permitir transacciones con fauna, sigue habiendo tráfico.

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“Esta fauna ha sido apetecida por coleccionistas privados. Y ese coleccionismo lo que ha hecho es ir en busca de estos animales al medio natural. Esto es lo que más daño nos hace. Ir a estos bosques, a estos ecosistemas naturales, a estos mares incluso, a los páramos, a las zonas de manglar, para extraer animales del medio natural. Y cuando esto ocurre empieza una larga cadena de problemas que impactan a cada animal e incluso en las poblaciones locales”.

Es por ello que se ve cómo especies características de estas zonas, como ranas, sapos de colores, serpientes, lagartijas, tortugas, tortugas gigantes de galápagos, son sujetos de tráfico. De igual forma, aves rapaces, aves canoras (pájaros), guacamayos, loros, primates de todo tamaño, felinos de todo tamaño son parte de ese problema.