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Conseguir una entrevista con Alfredo Barraza puede resultar más difícil que lograr que confeccione un vestido a la medida. Reacio a las preguntas, el diseñador barranquillero no tuvo de otra luego de aceptar una invitación que viene de su casa. El Barranquilla Fashion Week (BQFW), un evento de moda emergente de la capital del Atlántico, lo ha escogido para rendirle un homenaje en forma de vestidos, una palabra que está implícitamente ligada a él.

Barraza no logró llegar a tiempo a la rueda de prensa en la cual lo presentarían oficialmente como invitado especial. Sin embargo, estuvo dispuesto en el teléfono, desde Bogotá, al intermedio de una de sus múltiples citas con clientas.

¿Cómo lo tomó la invitación para participar en el Barranquilla Fashion Week?

Me llamó Kelly Palacio (directora del evento), me hizo la propuesta. La verdad soy muy renuente a entrevistas y a esta clase de eventos porque me gusta llevar un perfil bajo, muy discreto, pero me siento muy orgulloso de ser barranquillero y de que me hayan halagado en Barranquilla.

¿Cómo nace su predilección por vestir reinas?

Asesorar niñas para eventos de belleza me encanta porque es divertido, pasional, tiene una mística chévere, evocadora. Todo lo que te representa felicidad, lo haces, y eso es para mí asesorar niñas para certámenes de belleza. He asesorado de diferentes departamentos y países. Llevo 14 años trabajando con las reinas de Filipinas. Todo eso es divertido y el reconocimiento a nivel internacional es muy chévere.

Llegué a esto por cosas de la vida. Yo estudiaba arquitectura, trabajaba. Un amigo que se llamaba Ricardo Marín me contactó, me dijo que por qué no me metía en este mundo; lo hice. Después, la mamá de una Señorita Colombia también creyó en mí y yo diseñé el vestido de su hija; lo confeccionó una casa muy prestigiosa de Barranquilla y ahí comenzaron a buscarme.

Barraza confecciona parte del ajuar de la actual Reina del Carnaval.

¿Cuál fue su fórmula para llegar a ser el más reconocido en lo que hace?

Eso es profesionalismo, mística, creatividad, talento. Todo eso te lleva a que crean en ti.

¿Dimensionó el éxito que tendría al comienzo?

Querer ser grande, nunca. Que quería ser bueno en mi trabajo, sí, porque gente buena hay, lo que pasa es que tienen que tener sus momentos de oportunidad.

¿Qué no puede faltar en un buen traje de reina?

Una buena figura. No es un reinado de vestidos, es un reinado de belleza, en el cual es primordial la figura de la niña.

¿Qué tanto se involucran las reinas en el proceso del vestido?

Libertad de pensamiento tenemos de ambas partes: de ellas hacia mí y de mí hacia ellas. Creamos un tema, una logística, qué quiere representar ella. Todas en el Carnaval de Barranquilla tienen un poquito de leyenda de la ciudad, entonces se busca la flor, el símbolo, los astros, las calles, y ahí se va diseñando el vestido de reina.

Con una reina de belleza se mira la figura, el color de piel, la actitud de ella. Yo me he equivocado mil veces por hacerle caso al entorno de la niña, porque cuando la niña es independiente, todo queda mejor, pero si es dependiente de la persona que la maneja, con la mirada, con esto, con lo otro, entonces el vestido queda supeditado más que todo al gusto de esa persona en particular que a lo que le conviene a esa niña. Por eso el dicho que les digo yo: 'ponte lo que te queda bien y no lo que te gusta'.

¿En qué se equivoca uno? La mamá que dice 'quiero escote por delante, por detrás, que apretado', y uno por complacerlas termina embarrándola. Me volví radical de unos cinco años para acá, en el sentido en que o se hace lo que yo digo, o no lo hago.

¿Se arrepiente de haber creado un vestido que reconoce como un error?

Es como si tengo 10 hijos y porque uno salió descarriado entonces ya no me siento orgulloso de mis hijos. No. Como salió el hijo, así es. Y así son los vestidos. Muchas veces fallan en la actitud. Muchos vestidos son divinos, pero al momento de desfilarlo, la niña no tuvo actitud. En cambio hay vestidos que son simples y la reina lo lució y se vio espectacular en el escenario.

¿Es capaz de responder cuáles son sus creaciones favoritas?

No, porque para mí son todos. Y en su momento, oportunos, porque estamos hablando de hace 10 años, 12 años... todo es generacional, de épocas, de estilos, de tendencias. Un vestido que se le quedó en la memoria de la gente, por decir algo, es el de María Mónica Urbina, el de Marianella Maal, el de Adriana Tarud, el vestido actual de Paulina... son vestidos que tienen recordación.

¿Le hubiera gustado crear un vestido que diseñó otra persona?

Nunca, siempre he sido orgulloso de lo que hago. Es más, tengo un récord internacional: el vestido que ha obtenido el puntaje más alto en Miss Universo es el de Carolina Gómez, que tuvo 9.897, el puntaje más alto que ha obtenido una reina en ese desfile.

¿Cómo escogió los vestidos de la ‘Colección real’ que presentará en el BQFW?

La verdad es sorpresa para mí. Porque yo le dije a Kelly: 'bueno, tú te encargas de llamar a las niñas, de buscar el vestido, de ver si te lo quieren prestar y todo'. Hasta hoy no sé ni quiénes prestaron el vestido ni quiénes van a ponérselos. No sé si son de reinas del Carnaval o de reinas de belleza.